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“Es la sudoración anormal y excesiva; por lo general se observa a nivel de axilas, palmas de las manos, plantas de los pies, rostro. Cabe resaltar que no está relacionada con el calor o el ejercicio, esto quiere decir que puede suceder incluso en un ambiente frío, sin estar haciendo ejercicios. El sudor puede llegar a ser tan intenso que empapa la remera, las manos, etc. Afecta por lo general a personas ansiosas, nerviosas, introvertidas.
Si bien esto no amenaza la vida, genera una angustia emocional, frustración, vergüenza, retraimiento social, ya que perturba la vida cotidiana; es ahí cuando se impone una consulta con un profesional en dermatología”, explica la Dra. Rocío María Marecos y agrega que si la sudoración profusa se da de manera repentina, se exacerba por las noches, se acompaña de fiebre, y con descenso de peso, las causas deben ser otras y no precisamente ansiedad; puede darse en caso de diabetes, sofocos de la menopausia, problemas en las tiroides, ciertos tipos de cáncer, infecciones, entre otros.
“En la hiperhidrosis focal primaria o esencial no se conoce una causa médica, puede ser hereditaria, ya que se da en varios miembros de una familia; lo que se observa es una hiperactividad de los nervios que activan las glándulas sudoríparas, esto se da en ausencia de estímulos como calor o ejercicios”, comenta la dermatóloga y explica que no existe una manera de prevenirla, lo que sí se puede es hacerla más llevadera usando ropas y medias de telas naturales, manteniendo los pies ventilados, baños a diario y varias veces por día si fuera necesario, cambiar medias y camisas todos los días, practicar técnicas de relajación para disminuir la ansiedad, entre otros.
En cuanto al tratamiento, la doctora cita varias opciones, entre ellas los antitranspirantes a base de cloruro de aluminio –este producto puede irritar la piel y los ojos, por ello debe aplicarse con cuidado y ser prescrito por un médico–, cremas recetadas –una que contenga glicopirrolato podría ser de ayuda para la hiperhidrosis que afecta la cara y la cabeza–, antidepresivos –algunos medicamentos que se utilizan para tratar la depresión también pueden disminuir la sudoración y además pueden ayudar a reducir la ansiedad que empeora la hiperhidrosis–, inyecciones de toxina botulínica –bloquea temporalmente los nervios que causan sudoración–.
El efecto dura hasta 6 meses y, luego se debe repetir. Puede ser doloroso, ya que se utilizan microinyecciones-, y, por último, cirugía del nervio (simpatectomía); el cirujano corta, quema o pinza los nervios de la columna que controlan la sudoración en las manos. En algunos casos, este procedimiento provoca una sudoración excesiva en otras partes del cuerpo (sudoración compensatoria), motivo por el cual no la recomendamos-.