Hidratarse en verano

Transpiramos sin fin en febrero y el cuerpo necesita hidratarse con agua y frutas frescas. Los alimentos ayudan a sentirse más liviano y activo a pesar del agobiante calor.

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La Lic. Carolina Sosky, nutricionista, nos habla de la adaptación del cuerpo a las altas temperaturas, por medio de la transpiración, una defensa del organismo. Es esencial hidratarse para reponer las grandes cantidades de líquidos que perdemos con el sudor. Además de la hidratación, debemos esmerarnos en la calidad de los alimentos que ingerimos para proteger nuestra piel del sol.

“Aumentar el consumo de agua, por lo menos dos litros diarios, puede favorecer también a la desintoxicación del cuerpo. Sin embargo, es conveniente evitar las bebidas azucaradas y alcohólicas”, afirma la profesional.

Recomienda consumir más frutas y verduras y aprovechar las altas temperaturas para tomar jugos y comer frutas frescas o ensaladas. “Aportan fibras para mejorar el funcionamiento intestinal y al mismo tiempo nos dan saciedad, lo cual ayuda a evitar los excesos”.

Algunas frutas que en este momento tenemos al alcance son: mangos, bananas, guayabas y naranjas. También se puede saborear jugo de lechuga, escarola, endibias, acelga, berro, pepino, apio o espinacas, aderezadas con perejil fresco o menta picada o en jugo.

Toda esta buena nutrición se complementa con los ejercicios. La nutricionista aconseja sacarse los kilos de más para sentirse bien, lo ideal es que sea durante todo el año, pero si esto no fue posible, este es un buen momento para empezar. Salir a caminar, andar en bicicleta, hacer deportes o ir al gimnasio, todos los días como mínimo 30 minutos y en horarios en que el sol no pega con tanta intensidad, evitar hacerlo entre las 10:00 y las 16:00.

Sin grasas

La nutrición en el verano tiene algunos secretos para evitar engordar y todo lo que los excesos conllevan. “Hay que limitar alimentos con alto contenido de grasas y azúcares, frituras, embutidos, golosinas, facturas, tortas y helados. No está mal consumir este tipo de alimentos esporádicamente, pero lo ideal sería que nuestra dieta habitual no los tenga en exceso, preferentemente no más de una vez por semana”.

¿Cuántas comidas al día? La experta dice que comer cinco a seis comidas al día evita caer en los abusos luego de un periodo de ayuno; si pasamos más de cuatro a cinco horas sin comer tendemos a hacerlo en abundancia en la próxima vez. “Empezar con un buen desayuno y hacer pequeñas colaciones a lo largo del día entre las comidas principales; por ejemplo una mediamañana, una merienda y si se quiere alguna fruta, yogur o gelatina dietética antes de dormir”.

Menos sal

Si queremos cuidar nuestra presión arterial debemos “controlar la sal y los alimentos muy salados ya que favorecen la retención de líquidos, más aún si consumimos poca agua. No podemos abusar de la sal o condimentos salados con las comidas, y beberemos gran cantidad de agua durante el día”.

mirtha@abc.com.py

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