Estrategias para no engordar

La falta de luz que se presenta en invierno hace secretar melatonina, hormona que influye en la disminución de la temperatura corporal. Esto genera una mayor demanda calórica que se sacia con alimentos ricos en carbohidratos y calorías.

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La Dra. Silvina Martínez López señala que “la melatonina, hormona que influye en la disminución de la temperatura corporal, puede aumentar las ganas de comer, pero eso no significa que debas ingerir alimentos en exceso para entrar en calor”. Aconseja la experta algunos tips a tener en cuenta:

-Comer proteínas y carbohidratos en platos más pequeños, mientras que las ensaladas y sopas de vegetales pueden servirse en porciones grandes.

-Cambiar el chocolate por leche descremada con sabor o productos más nutritivos como el cacao amargo.

-Además, es bueno tomar una sopa antes de las comidas principales ya que provoca saciedad, y así se evita quedar con hambre o ingerir más comida.

-Evitar las masas. No confundir el frío con necesitar más energía proveniente de los alimentos. En invierno nuestro metabolismo se acelera levemente porque debe generar calor para combatir la temperatura externa, por lo que un exceso de alimentos ricos en calorías solo te hará subir de peso. Podemos generar calor o energía con la actividad física.

-Decir ¡no! a los dulces refinados y frituras. Para todos son una gran tentación, pero no solo engordan mucho, además son muy dañinos para la salud de las arterias.

-Sabemos que comer ensalada puede dar un poco de frío, pero si en vez de excluirla por completo de tu dieta, prefieres las verduras salteadas, asadas o al vapor tendrás alimentos calientes y bajos en calorías. Mucho mejor si comes apio, zanahorias, zapallo italiano, entre otros.

-Beber abundante líquido. En invierno se puede cambiar el agua fría por té, infusiones, yerba mate o café, eso sí, siempre endulzando con stevia o sucralosa, los cuales adicionan dulzor sin calorías. Hay que moverse

“Con el frío llega la pereza para moverse y aumentan las ganas de consumir chocolates, tortas, salsas y todo aquello que “caliente el estómago”. Pero “¿es una necesidad concreta, un pedido del cuerpo o un mal hábito que lo único que provoca es un aumento de peso innecesario?” se pregunta la profesional. “No es que se engorde más cuando hace frío por una cuestión fisiológica, sucede que estamos más cubiertos de ropa y nos olvidamos de cuidarnos con la alimentación”, apunta.

Concluye que “no es la cantidad, sino la calidad y las preparaciones las que hay que tener en cuenta para mantener un peso saludable”.

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