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Para la terapia se utilizan diferentes piedras a temperatura caliente o fría, suaves y lisas; se utilizan las basálticas que son volcánicas y cuanto más oscuras sean, contienen mayor cantidad de hierro, que ayuda a retener el calor por más tiempo.
Gloria Rodríguez, técnica en masaje terapéutico y estético, afirma que “las piedras volcánicas calientes y frías ayudan a llevar a cabo masajes en distintas zonas del cuerpo, en especial en el área de la espalda”.
Menciona que en este tipo de masajes “al deslizar las piedras por el cuerpo se libera calor, y este a su vez actúa directamente en la musculatura de la persona, así como en su circulación sanguínea. Lo aconsejable es llevar a cabo este masaje por lo menos una vez a la semana”.
Los beneficios de esta técnica son múltiples. Por ejemplo, ayuda a la relajación muscular, disminuye las inflamaciones musculares, facilita la desintoxicación del cuerpo y reduce el estrés.
Indica que “además se observan resultados, pues se produce bienestar en el sistema nervioso, se alivia el dolor en ciertas partes del cuerpo y hay beneficios a niveles emocional y psicológico”.
“Las piedras que utilizamos son negras y presentan diversas formas. Se encuentran previamente pulidas. El primer paso que realizamos es calentarlas en un recipiente térmico con agua. En tanto, las piedras que se enfrían se usan especialmente para descongestionar”, enfatiza.
Es importante que la persona tenga conocimiento de algunas contraindicaciones con respecto al masaje con piedras: “evitar las piedras calientes cerca de ojos y mucosas, no se aconseja en personas que padecen várices o rosácea, así también las embarazadas deberán descartar su aplicación en el abdomen”.
“Se trata de una terapia ideal para aquellas personas con mucha carga laboral, pues es una forma de desestresarse, además las que se caracterizan por ser muy nerviosas o ansiosas”, resalta.
Afirma que “antes de la colocación de piedras se realizarán masajes con ayuda de aceites esenciales, lo que permitirá un mejor deslizamiento sobre la piel”.