Entrenar la memoria

La doctora Miriam Riveros Ríos, especialista en geriatría, gerontología y cuidados paliativos, indica que “la pérdida de memoria es una preocupación frecuente en las personas adultas mayores. Con el proceso de envejecimiento puede que seamos más lentos para fijar nueva información, pero esto no será relevante si no es progresivo, si no empeora y si no interfiere con nuestra vida cotidiana”.

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Según la especialista, “la memoria puede alterarse por diversas causas entre las que se incluye el efecto de algunos medicamentos, la consecuencia de ciertas enfermedades, o eventos vitales como jubilación, viudez, soledad, aislamiento social que se acompañan de síntomas depresivos”.

Añade que “para cuidar su memoria deberá mantenerse activo e interesado en su entorno: su casa, su familia, sus amigos, las noticias del día. Involúcrese con otras personas, como amigos, familiares, vecinos y procure adquirir siempre nuevas habilidades, por ejemplo, jardinería, canto, lectura, teatro y pintura. Recuerde que la edad no es un límite para aprender nuevas habilidades”.

Aconseja mejorar la calidad del sueño, colabore en las tareas del hogar, participe en actividades comunitarias, realice ejercicios que estimulen el cerebro como crucigramas, sopa de letras, etc. Si usted nota problemas de memoria que afectan su vida cotidiana consulte a su médico, incluso si nota que tiene dificultades para realizar actividades que antes hacía correctamente.

Prevenir caídas

Refiere la doctora Riveros que “las caídas raras veces ocurren sin razón y una simple caída puede determinar cambios importantes en la vida de los adultos mayores. Cada año un tercio de ellos se caen y el riesgo es mayor si se trata de personas frágiles y para quienes viven en residencias u hogares de ancianos. Sufren consecuencias físicas, psicológicas, funcionales y sociales, entre las cuales las fracturas de puño o de cadera son las más temibles. Otras consecuencias incluyen el temor a caerse nuevamente, que conduce a la reducción de la movilidad y la disminución de las actividades sociales”, agrega.

Las caídas “son producto de la interacción de problemas de salud y las demandas del medio ambiente, en este caso el hogar o la vía pública. Si suceden accidentes es necesario consultar al médico”.

Recuerde que “la visión, la audición, la fuerza muscular, la coordinación y los reflejos ya no funcionan como antes. Puede haber diabetes y enfermedades cardíacas, problemas en las articulaciones o enfermedades del sistema nervioso como el párkinson”.

darzamendia@abc.com.py

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