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El Dr. Javier Leiro, sicólogo clínico infantil, indica que los niños más pequeños tienden a copiar lo que ven en sus padres, lo que observan u oyen decir a otros niños o lo que ven en la televisión o internet. Es decir, todo aquello que es importante para el infante puede ser objeto de imitación.
–¿Cualquier persona mayor o personaje animado puede ser el modelo a seguir?
–Exactamente. Cualquier personaje o persona real puede ser tomado como modelo por un niño. Cuanto más importante es el personaje para el niño, más posibilidades existe de que se copien sus modelos de conducta.
–¿Cómo conversar con los hijos?
–En las primeras edades los niños no conocen bien los límites del mundo real y el mundo de fantasía (la televisión por ejemplo), por eso es importante que los padres expliquen esto a sus hijos y además pongan límites restrictivos a las horas que un niño puede pasar viendo la televisión, además de seleccionar qué programas son los que puede ver.
–¿Existe una fórmula preventiva ante estos casos?
–No existe una fórmula preventiva que pueda aplicarse a todos por igual. Lo que sí está claramente demostrado es que el exceso de tiempo frente a la TV o los videojuegos estimula la conducta agresiva y autoagresiva, además de no desarrollar la mente, al ser “meros espectadores”. El acompañamiento de los padres es vital para dar las explicaciones adecuadas hacia lo que se está viendo o jugando, y por supuesto estimular otro tipo de actividades como, por ejemplo, las deportivas.
Más allá de la fantasía
–La fantasía de los niños es inagotable. En edades tempranas pueden confundir fácilmente con la realidad, y así pueden realizar conductas de riesgo como querer “volar”, porque no anticipan las consecuencias. Esto puede suceder especialmente con niños con un nivel alto de inmadurez o con aquellos con baja autoestima o que sean muy influenciables por otros niños. Se debe conversar con el pequeño y tratar de modificar esas actitudes.