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Después de años de deliberaciones, los 192 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aprestan a adoptar esta semana un plan de acción de alcance internacional para atajar la “epidemia” de esas enfermedades, que hacen referencia a las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, entre otras. El aumento de la incidencia de estas enfermedades entre la población se atribuye a los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Al inaugurar la asamblea, la directora general de la OMS, Margaret Chan, denunció que los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles “son amplificados por los productos y prácticas de fuerzas poderosas y económicamente importantes”, en referencia a la industria de alimentos y bebidas.
Agregó que cuando las políticas de salud se enfrentan con intereses económicos “bien establecidos, nos topamos con una oposición bien organizada y bien financiada”. Sin embargo, Chan no descartó alguna cooperación con fabricantes de alimentos preparados y bebidas saludables, lo que –aseguró– de ninguna manera es posible con la industria del tabaco, ya que “no hay productos del tabaco que sean seguros”.
Esa problemática está directamente relacionada con 36 millones de muertes al año, pero que podría llegar hasta los 55 millones en 2030 si los hábitos individuales no cambian de aquí a entonces, para lo que se requiere la implicación de los gobiernos. Además, en esta asamblea los países –representados por sus ministros o altos funcionarios de sanidad– tienen previsto aprobar un plan de acción que concede a las enfermedades mentales la importancia que demandan en las políticas de salud.
Los problemas de las personas que padecen ceguera u otro tipo de discapacidad visual será igualmente reconocida en la asamblea, que adoptará también un plan mundial al respecto. Las estrategias y planes de acción contribuyen a la coordinación internacional y promueven un enfoque unificado para problemas comunes”, explicó la directora general de la OMS en su discurso de apertura de la asamblea.
Como una cuestión de actualidad, Chan lanzó en su discurso un llamamiento a no bajar la guardia frente a las nuevas enfermedades, como el nuevo tipo de coronavirus –una dolencia severa respiratoria– y la gripe aviar H7N9 entre humanos. El coronavirus, de la misma familia de virus que el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), apareció el año pasado en Arabia Saudí y hasta ahora se han registrado 41 casos, con veinte fallecimientos.
Sobre la gripe aviar, Chan recordó que los virus de la gripe tienden a “reinventarse (mutar) constantemente”, por lo que “nadie puede predecir el curso que tomará este brote”. Otro desafío que va en aumento tiene que ver con el incremento que se observa de casos de malaria y tuberculosis resistentes a los tratamientos habituales, dijo Chan.
“Algunos observadores dicen que estamos volviendo a la era preantibióticos, pero no. Con pocos reemplazos en preparación, la medicina se está moviendo hacia una era posantibióticos en la que muchas infecciones comunes van a matar otra vez”, comentó. Chan anunció que la OMS emitirá en junio próximo una directiva revisada para el uso de antirretrovirales para la prevención y tratamiento del sida, lo que tendrá como efecto “simplificar las cosas” en relación a su prescripción y administración.
Fuente: EFE.