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La doctora Helen López, endocrinóloga, informa que la tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad crónica que afecta a la glándula tiroides. Se trata de un desorden autoinmune, es decir, las células que se encargan de las defensas por algún motivo atacan a las células de la glándula, como si fueran extrañas al organismo. Cabe resaltar que existe una prevalencia en el sexo femenino y aumenta con la edad.
¿Cómo afecta? “Este ataque autoinmune destruye a las células y cuando la glándula es afectada en un 90%, la disminución de la producción de hormonas tiroideas se traduce en un hipotiroidismo”, agrega.
Por su parte, la doctora María Cruz Careaga, especialista en endocrinología y nutrición, menciona que esta patología es considerada como una de las enfermedades autoinmunes más frecuentes alrededor del mundo.
“Es importante destacar que se describe aumento de riesgo de padecerla en familiares de primer grado –afectos de esta condición–, pacientes que han estado en contacto con radiación, que tienen enfermedades autoinmunes como vitiligo, lupus eritematoso sistémico, gastritis atrófica, entre otras”, refiere.
La profesional añade que “la enfermedad de Hashimoto en su forma de hipotiroidismo autoinmune se caracteriza por afectación de todos los sistemas y aparatos, algunos pueden ser poco específicos, tales como cansancio, aumento de sueño, decaimiento, caída de cabello, piel seca, fatiga y desconcentración mental”.
“Sin embargo, otros como disminución del ritmo cardiaco, reducción del peristaltismo intestinal (movimientos de contracción del tubo digestivo que permiten la progresión de su contenido desde el estómago hacia el ano), que conlleva constipación en una persona con hábito intestinal normal y aumento de kilos, que no suele exceder el 10% del peso total, pueden orientarnos más hacia el diagnóstico. En mujeres de edad fértil una de las manifestaciones más características pueden ser las alteraciones del ciclo menstrual”, acota.
En tanto, la doctora López subraya que no existe forma de prevenir esta enfermedad, ya que se relaciona con una predisposición familiar.
Los factores suman
“Las personas con antecedentes familiares de problemas tiroideos pueden presentar una tiroiditis y existen factores que sumados a los antecedentes aumentan el riesgo de padecerla. Entre ellos: el embarazo, algunos fármacos como la amiodarona (que se utiliza como antiarrítmico en cardiología), tratamiento con radioterapia y la presencia de otras enfermedades autoinmunes como diabetes tipo 1, celiaquía y el síndrome de Down”, apunta la doctora López.
Si hay crecimiento de la glándula tiroides o presencia de nódulos, doloroso o no, se sugiere una consulta clínica endocrinológica.