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La Lic. Carla Decoud, asesora pedagógica, recomienda “dos horas y media diarias de dedicación fuera del horario de clases y no más de tres horas”. Sin embargo, “conforme a las investigaciones, entre los jóvenes no abunda el hábito diario de estudio; desde mi perspectiva en nuestro país este factor se ve acompañado de la realidad que los universitarios combinan el estudio con la formación”, acota.
Agrega además que “la lectura de ocio o temas de interés también debiera incluirse 40 minutos a una hora antes de dormir; esto mejora la cultura, su capacidad de escritura y expresión oral”.
Es necesario decir que los avances de la tecnología han contribuido al reemplazo de actividades y la preferencia de lo audiovisual. “La lectura incluso ha pasado de un formato impreso al formato digital; podemos leer a través de distintos dispositivos noticias en la web o en redes sociales y en otros medios de comunicación; con ello se generan nuevos hábitos de lectura mixta”. Lo que la experta no considera negativo, sino un medio para desarrollar nuevos hábitos y oportunidades de leer en cualquier lugar. “El desafío es desarrollar habilidades de análisis, síntesis y espíritu crítico”.
“La organización adecuada de los tiempos de estudio es imprescindible. Cuando llega la hora de enfrentarse a lo desarrollado en el semestre académico lo importante es planificar y priorizar las horas de estudio. Los universitarios aplicarán técnicas que contribuyan a un mejor aprendizaje y disminuir el estrés”, agrega.
Lo mejor es “evitar largas horas de estudio a la madrugada, no consumir bebidas estimulantes que suplan las horas de descanso y sueño. Dedicarle tiempo al estudio los fines de semana para aquellos que tienen largas jornadas laborales”.
Señala que “alrededor del 20 al 30% de los estudiantes tienen algún aplazo o llegan a desertar”, lo que se evita con un buen método de estudio.