En calma con tai chi

Se practican rotaciones en las articulaciones, estiramientos y movimientos corporales con el tai chi. Una inspiración y exhalación suaves, mientras las posturas liberan tensiones, opresiones o incomodidades, y se propicia un equilibrio con el todo.

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Entre otras opciones que promueven la relajación en movimiento, el tai chi va creciendo en popularidad en Occidente. Es una buena opción para quienes busquen un momento de paz y a la vez quieran ejercitarse suavemente.

Hablamos con Diego Fiorotto, instructor de tai chi en el Centro Cultural Christum Pax, quien comenta que “las memorias populares lo relacionan con filosofía taoísta, vivida en oriente, una de las corrientes filosóficas más populares en China. Aunque no hay dos maestros que lo enseñen exactamente igual, sus principios básicos han permanecido”.

El experto explica que “los orígenes de esta práctica son inciertos, se ha dicho que nace de la no existencia, del todo, y luego, las fuerzas opuestas complementarias, el Ying y el Yang. En estos la existencia se concibe con la presencia del otro: inspiro y exhalo”. En la historia estos principios también se han representado como un arte marcial, del cuerpo, de la mente y del espíritu; sus simbolismos brindan una idea de cómo ejecutar los movimientos.

El especialista indica que “se puede realizar a cualquier edad y brinda varios beneficios, como ayudar a tomar conciencia sobre nuestro estado del ser. En cuanto a la relajación, afirma que cada una de las posturas libera tensiones, opresiones o incomodidades del cuerpo. También se propicia un equilibrio con el todo, generando estados de bienestar y armonía”.

Los movimientos

“Se practican rotaciones en las articulaciones, estiramientos y movimientos corporales con el tai chi. En algunos movimientos se visualizan ejercicios como abrazar el árbol, trasladar la luna, empujar la montaña, entre otros. Cada uno se repite una serie de veces, y guardan una cierta simetría lo mismo que se practica hacia un lado, se practica hacia el otro. Están presentes también conceptos como lleno y vacío, tierra y cielo, es meditación en movimiento”, alega.

Luego viene la práctica de la forma, según el experto. “Son movimientos consecutivos en forma repetida, pero ahora fluyendo uno con otro”, describe.

Seguidamente se realiza un poco de tuina -algunos masajes en el rostro-, considerando la estimulación de referentes localizados en la medicina china: “el cuello, o golpeteos suaves en piernas, estimulando algunas zonas específicas con fines determinados. Estos se pueden realizar personalmente o hacia el compañero, con lo cual se practica el servicio. Procede un saludo y fin de la clase”, relata.

El instructor afirma que con esta práctica milenaria se desarrolla un estado de alegría, visualizar y sentir paz interior y relajarse. Además mejora la paciencia, perseverancia, humildad, y voluntad. “Un practicante puede lograr una actitud positiva y transmitirla donde se encuentre, familia, trabajo y su vida social”, concluye.

alba.acosta@abc.com.py

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