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Se sabe que existe una relación entre el cerebro y el talento.
Las habilidades como escribir novelas o poemas, realizar operaciones físicas y matemáticas, orientarse en el espacio o imaginarse diseños arquitectónicos, bailar, o ser un atleta de gimnasia olímpica, componer música o ejecutar un instrumento, meditar profundamente temas filosóficos y ocuparse de temas de índole social y política, encuentran su asiento sobre sistemas neurológicos. Por ejemplo: el lóbulo frontal y temporal izquierdo se relacionan con las habilidades lingüísticas; el cerebelo, ganglios basales y corteza motora, con las habilidades de una bailarina de ballet, un trapecista o un malabarista. Es importante, sin embargo, señalar que el cerebro funciona como un todo y que no es posible establecer límites precisos funcionales, como lo son las fronteras entre los países en un mapa, sino relacionar ciertas estructuras vinculadas a dichas funciones. En un mismo individuo se dan varias de las inteligencias (talentos) mencionadas a la vez.
Otra cuestión que suele motivar discrepancias es el tamaño del cerebro y si esto incide en la inteligencia.
Esta relación es tema de investigación desde hace décadas. Algunos estudios señalan que no existe una correlación directa. Es decir, mayor tamaño cerebral no es igual a mayor inteligencia, sino que está determinada por el número absoluto de neuronas, lo que determina mayor número y mayor complejidad en los circuitos neuronales.
En este sentido, algunos investigadores afirman haber encontrado una relación directa entre la cantidad de sustancia gris y las funciones relacionadas con el lenguaje u otras manifestaciones de la inteligencia.
Pero estadísticamente, ¿quiénes logran mejor desarrollo de talentos, hombres o mujeres?
Actualmente no se dispone de estudios que señalen diferencias en cuanto a quienes desarrollan mejor sus talentos (hombres o mujeres). Aquí dependería mucho de que sean estimulados adecuadamente los talentos o habilidades observados en cada individuo. Sin embargo, el cerebro del hombre y el de la mujer presentan diferencias que hacen que cada uno de ellos se distinga con respecto a ciertas habilidades más desarrolladas según el sexo. Las diferencias estarían dadas por factores genéticos, hormonales y ambientales. Las mujeres tendrían ciertas ventajas en el procesamiento de la información, por una mayor densidad de sustancia gris en corteza en determinadas áreas hemisféricas. Los varones tienen mayor cantidad de materia blanca, lo que permite que la información se mueva con más facilidad de una región del cerebro a otra. Por otra parte, el cuerpo calloso -un haz de nervios- que comunica los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro y ayuda a ambos lados a comunicarse es más grande en las mujeres. Esto facilita, entre otras cosas, la habilidad verbal.
ES BUENO SABERLO
*El mapeo cerebral
El mapeo cerebral tiene como base un registro electroencefalográfico computarizado. Cada actividad eléctrica cerebral del registro está representada por un color característico que es transferido a un mapa del cerebro dando imágenes con patrones internacionalmente establecidos. El mapeo cerebral es un método de diagnóstico complementario, es decir, que el diagnóstico debe hacerse según los datos que se recojan del paciente en la evaluación clínica (historia clínica, inspección, auscultación, palpación). El mapeo cerebral puede orientar hacia un diagnóstico, pero no existe patrón específico para un determinado diagnóstico. "La clínica es soberana". Se indica en la evaluación de pacientes que presenten síntomas que nos orienten a pensar en: depresión, ansiedad, crisis de pánico, trastornos del control de los impulsos, demencia de tipo Alzheimer o vascular, entre otros.
*¿El talento es innato o adquirido?
El talento (que incluye habilidades lingüísticas, matemáticas, espaciales, artísticas, etc.) corresponde a lo que hoy día algunos autores prefieren conceptualizar como inteligencias. Esta estaría determinada genéticamente en un 50% aproximadamente según los autores (innato) y en otro 50% determinada por la influencia de factores relacionados con el entorno. Así todos poseemos diferentes modalidades de inteligencia con las que todos nacemos, pero que necesitan un ambiente adecuado para desarrollarse. Cada inteligencia puede ser estimulada con ejercicios, y aunque no todas se desarrollen en el mismo grado, debemos buscar estimularlas para que todas logren su mayor grado de competencia posible.