El suero

Un paciente internado con frecuencia requiere la aplicación de un suero, una medicación, gota a gota, a través de una vena por un tiempo determinado. La técnica requiere conocimiento, destreza y el máximo cuidado para evitar inflamaciones y otros efectos indeseados.

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El licenciado en enfermería José Vázquez, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, indica que se conoce con el término de venoclisis a aquella inyección de inserción lenta que puede contener medicamentos, soluciones o cualquier otra sustancia que el paciente o tratamiento requiera en una vena.

La técnica logra el acceso a través de una vena en pacientes hospitalizados para que no haya necesidad de punzarlos en varios lados. “Asimismo, también se utiliza para captar muestras de sangre con ciertas repeticiones de horario que previamente establezca el profesional médico”, afirma.

Refiere el licenciado que el procedimiento lo debe realizar un profesional capacitado o con amplios conocimientos al respecto.

“La técnica consiste en colocar el catéter en la vena del paciente para el macro o microgotero. Este último es para los niños”, indica.

Resalta que la finalidad de la realización de este tipo de procedimiento es evitar el desarrollo de complicaciones tales como la flebitis no infecciosa o inflamación de la vena, que se nota cuando se enrojece, hay dolor y calor. “Se consideran las acciones de asepsia, principalmente del lavado de manos y desinfección con solución antiséptica de yodo y alcohol, respectivamente, en la zona a ser punzada”, agrega.

El profesional selecciona la vena; considera varios factores, como la diferencia entre un paciente pediátrico y adulto. Los de mayor calibre son para las transfusiones sanguíneas o grandes cantidades, en caso de cirugías de gran complejidad o accidentados.

Hay que prever que “la punción de las paredes de la vena causa sangrado y puede producir hematomas. La aplicación de la ligadura, la goma que se utiliza para que se cargue bien las venas, ocasiona interrupción de la circulación venosa y, de esta manera, se distiende y permite que la sangre fluya hacia el interior de la aguja. Así, nos cercioramos de que el catéter esta en la vena”, dice.

Tan cuidadoso procedimiento implica precisión y conocimiento vascular anatómico. Será realizado por un personal adiestrado. La fijación permite que se torne mucho más fácil el manejo y movilidad por parte del enfermo. “Existen diversas maneras de fijación, pero las más comunes son las sujetadas con esparadrapo o apósitos transparentes que sirven para sujetar; también para verificar si existiera signos de infección. Existen normativas precisas que estipulan el cambio de venoclisis en usuarios internados cada 72 horas”, agrega.

Finalmente, el profesional menciona que la función elemental de las soluciones o el suero básicamente es mantener hidratado al paciente, es decir, buscar el balance hidroelectrolítico, ya que el cuerpo humano tiene 80% de líquido. Se busca a la vez administrar fármacos destinados a las patologías que se combaten. Un acto médico que encierra una gran responsabilidad.

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