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“Los niños menores de cinco años pueden llegar a padecer un promedio de cinco a 10 episodios por año. Debido a los vómitos y deposiciones líquidas pueden deshidratarse. Esta es la complicación más frecuente”.
Según la causa, puede tener un comportamiento particular: “rotavirus en algunos casos puede dar encefalitis (inflamación del encéfalo), salmonella puede dar síntomas fuera del intestino, como infección e inflamación de los huesos (osteomielitis), neumonía o meningitis, yersinia puede simular una apendicitis, cholerae puede dar una deshidratación extremadamente severa”. Para llegar a descubrir el rotavirus “se realizarán análisis de la materia fecal, tales como frotis de mucus fecal, rotatest y cultivo de materia fecal. Esto orienta al médico a definir si la causa es viral o bacteriana”.
La profesional médica asegura que es un virus que presenta la mayor responsabilidad en las infecciones gastrointestinales en todo el mundo. “En Paraguay se presenta más de julio a setiembre, puede ser causa de brotes en las guarderías y de hospitalización en menores de cinco años”.
Será importante “iniciar la vacunación contra el rotavirus a los dos meses de vida, cuidar la higiene de los baños, lavar las manos de nuestros hijos antes de comer, lavarnos las manos antes de preparar los alimentos, consumir agua potable, refrigerar adecuadamente los alimentos, evitar el consumo de hamburguesas en niños menores de tres años (por el riesgo de síndrome urémico hemolítico)”.
Si el niño presenta los síntomas se deberá consultar con el pediatra. “Ofrézcale líquidos frecuentemente, dieta liviana; en caso de vómitos los antiheméticos (domperidona, ondasetrón o metoclopramida). Si hay fiebre paracetamol y evitar automedicar con antibióticos.
El pediatra decidirá.