Cargando...
Silvia Mamana, docente argentina, investigadora y directora del Centro de Investigación y Estudio de Técnicas y Lenguajes Corporales de Buenos Aires responde a nuestras consultas. “El primer año de vida es crucial en el desarrollo de los bebés pues desarrollan no solo sus movimientos, sino también las bases de la percepción y la organización de la información, lo que les permitirá descubrir su propio ser, y relacionarse con otras personas, y con el mundo durante toda la vida”.
Destaca que “facilitar el desarrollo durante este período puede potenciar las habilidades físicas, emocionales e intelectuales de los niños. Por este motivo, el programa Educador del Desarrollo Evolutivo Infantil (IDME por sus siglas en inglés) propone un enfoque para la observación y facilitación de patrones normales del movimiento en bebés y niños. Está centrado en el niño que incorpora su curiosidad, su interés e individualidad, en la relación con el educador”, informa.
La docente señala que el trabajo con los niños es observar su interacción con el espacio y los objetos, y estimularlos para que puedan realizar sus movimientos con mayor facilidad.
Esto se realiza, a través del contacto con las manos, o a través de estímulos que pueden ser: rozar su piel con una tela, con un pincel, o estimularlos auditivamente a través del sonido para que puedan, por ejemplo, rodar de boca arriba a boca abajo, sentarse, gatear, etc.
Entre los beneficios de la estrategia, Mamana refiere que el propósito en la educación del movimiento con niños y bebés es ayudarles a sentar las bases que les permitan moverse con comodidad, fuerza, agilidad y adaptabilidad, evitando patrones restrictivos que inhiban el desarrollo de su máximo potencial.
“En este enfoque se incluye a la familia: se recomienda que los padres o cuidadores pasen diariamente un tiempo en el piso, acompañando a su bebé para observarlo y guiarlo en su crecimiento”, enfatiza la profesional.
La inteligencia del niño
Por su parte, el licenciado Luis F. Ramírez, psicólogo, indica que “la inteligencia es un potencial bio-sico-social, es decir, implica un desarrollo biológico, un cuerpo, un cerebro capaz de hacer conexiones neuronales, un desarrollo afectivo, y un contexto, por ejemplo, un lugar donde pasan las cosas”.
El profesional acota además que para favorecer el estímulo de las inteligencias tenemos que entender el carácter múltiple de ellas. No existe una sola inteligencia, sino varias Es fundamental el desarrollo del arte, la música, la danza, la pintura, el razonamiento lógico; el medio para los niños es el juego, y la clave es mantener viva la curiosidad. La inteligencia se desarrolla viviendo experiencias”, culmina.