El habla

La licenciada Nadia de Font, fonoaudióloga, indica que ante la presencia del frenillo lingual corto en el niño, existen ejercicios de praxias linguales (habilidades motoras) que ayudarán a mejorar el control de los movimientos de la lengua de modo a hacerla más precisa y eficaz.

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“Los ejercicios se desarrollarán a partir de que el niño ya pueda empezar a imitar lo que observa y escucha. Se llevarán a cabo a través de juegos y movimientos, como por ejemplo, chasquidos de la lengua, meter y sacar la lengua, elevación y descenso de la punta de la lengua. También lateralización, es decir, llevar de un lado al otro, limpiar los dientes con ayuda de la lengua, y la enseñanza principalmente de la pronunciación de los fonemas que se encuentran afectados”, agrega.

Señala que “lo importante es detectar e intervenir lo antes posible, tanto a través de la cirugía como de los ejercicios que acompañan y resultan eficaces ante esta afección en la lengua. Con estas intervenciones se puede lograr una adecuada motricidad orofacial (todo lo relacionado a la boca, como la musculatura, lengua, mejilla, etc.)”.

La licenciada Nadia señala que “los ejercicios de praxias linguales deberán desarrollarse con profesionales capacitados en el habla, pues de lo contrario, hay ocasiones en que se le esfuerza al niño a realizar trabajos que no corresponden a su etapa evolutiva, lo que genera frustración”.

Se aconseja realizar los ejercicios con el especialista dos veces a la semana y luego será necesario el acompañamiento de los padres, en la casa.

Posteriormente se evaluará el desarrollo cronológico del niño.

Menciona la profesional que “los fonemas con la L, R, D son algunos de los que más cuesta pronunciar al niño; sin embargo, con una orientación adecuada en tiempo y forma se logra una buena pronunciación”.

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