El dolor no se tolera

La vida de la persona que padece dolor es descrita por ellas como un calvario. Se suman con frecuencia dificultades para dormir, imposibilidad de realizar actividades, como ocuparse de los quehaceres domésticos y laborales, trastornos del ánimo que se asocian y se convierten en un círculo vicioso.

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La doctora Graciela Elizeche, especialista en dolor, explica que “ante el reconocimiento del dolor, como grave problema de salud pública, se han hecho grandes esfuerzos y progresos para ofrecer opciones de tratamiento, que actualmente se dividen en cuatro vertientes y son del tipo farmacológico, no farmacológico, intervencionista y rehabilitador”.

La especialista describe que “el enfoque y manejo de un paciente con dolor de difícil manejo se hace de forma individualizada, atendiendo a las necesidades de cada uno en forma particular e integral. En un paciente con dolor lumbar por ejemplo, que no cede con tratamientos previos, se deben revisar los medicamentos analgésicos que toma e indicar el adecuado, de acuerdo a las estructuras comprometidas. Pueden ser dolores musculares, de las articulaciones de las vértebras o de los nervios comprimidos, en caso de hernias discales, que se denomina dolor neuropático”.

En forma específica la fibromialgia, que se caracteriza por un dolor muscular crónico de origen desconocido, acompañado de sensación de fatiga y otros síntomas el doctor Hugo Elías, médico internista, señala que “el diagnóstico es de exclusión, primero hay que descartar enfermedades reumatológicas, cuadros neurálgicos, incluso estados de depresión o ansiedad, incluso tiene rasgos intestinales. Es una enfermedad que no tiene estudios específicos, pero sí decaimiento, dolor en zona cervical, dorsal, glúteos, malestar general, acompañado de mucho decaimiento, trastornos del apetito”.

La fibromialgia se enfrenta “con un enfoque multidisciplinario, requiere terapia de conducta, nutrición adecuada, gimnasia aeróbica, uso racional de analgésicos para no caer en adicciones, porque es un riesgo. Ayuda la medicación denominada pregabalina, que actúa como antineurítico, los analgésicos usados con precaución y dentro de un enfoque multisistémico, además de técnicas de relajación”.

Por su parte, la doctora Elizeche recalca que “los fármacos analgésicos se deben elegir según la intensidad del dolor. En nuestro medio tenemos analgésicos y antiinflamatorios muy eficaces, que junto a los analgésicos puros como los opioides, el tramadol, la codeína o la morfina. Así también los coadyuvantes como los ansiolíticos, antidepresivos, y otros neuromoduladores como los anticonvulsivantes forman parte de un tratamiento farmacológico balanceado del dolor”.

La especialista acota que “al mismo tiempo si el paciente lo requiere se indica simultáneamente o en un segundo tiempo la fisioterapia, con sus múltiples y variables modos de tratamiento. Cabe mencionar que a los medios físicos para dar calor con sus efectos positivos como analgésico, estimulante de la circulación y relajación muscular se suman los ejercicios de relajación y fortalecimiento muscular de gran apoyo para disminuir el dolor”.

La doctora Elizeche remarca que “se debe buscar por todos los medios disponibles calmar el dolor. El dolor no se tolera. El paciente no puede ni debe aprender a convivir con el dolor, eso lo dice alguien que no lo padece. El dolor es una enfermedad que disminuye la calidad de vida de quien lo sufre”.

mirtha@abc.com.py

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