El corazón sano

El control de la presión arterial es necesario para evaluar el buen funcionamiento del músculo cardiaco. Especial cuidado tendrán los fumadores y quienes tienen colesterol o triglicéridos elevados, así como los que se medican con broncodilatadores, como los asmáticos.

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El Dr. Víctor Rojas Duré, cardiólogo clínico (*) nos habla de los peligros para el corazón y de qué manera cuidarlo.

–¿Son más propensas al infarto las personas que tienen asma y utilizan broncodilatadores?

–Tienen factores de riesgos coronarios los pacientes que tienen presión arterial alta, los fumadores, los que poseen colesterol o triglicéridos elevados, son diabéticos, poseen sobrepeso, y cuentan con antecedentes familiares coronarios, etc. Además, los broncodilatadores aumentan el número de latidos cardiacos y al acelerar el ritmo cardiaco facilitan el infarto.

–¿Son peligrosos algunos medicamentos para potenciales cardiacos?

–Los broncodilatadores mencionados, los descongestivos (en los antigripales), los medicamentos para reducir el apetito y bajar de peso, que ya incluso fueron sacados de circulación pero se siguen utilizando como anfetaminas, extractos tiroideos, etc. Actualmente se tiene información científica que la mayoría de los antiinflamatorios, no corticoides (cortisonas), y los analgésicos aumentan los eventos cardiovasculares, por lo tanto, es recomendable volver a las fuentes primarias como el paracetamol o ibuprofeno.

Bajar de peso puede salvar vida

–¿Qué recomienda a una persona con sobrepeso?

–Cambio de estilo de vida al saludable; ir a la nutricionista, realizar actividades físicas aeróbicas moderadas o caminatas, en lo posible diarias, de acuerdo a la capacidad física y previo control con su médico. La reducción de peso no será brusca, se instalará un hábito de poco sacrificio y asimilable para el resto de la vida.

–¿Cuál es el modo más sencillo de cuidar el corazón?

–Realice las medidas cardiosaludables que son: no fumar, dieta saludable (comer menos grasas, insistir en vegetales, frutas, fibras, evitar alimentos muy azucarados y disminuir el consumo de la sal). Además actividad física, evitar el estrés, mantenerse en peso, control de la presión arterial y de las grasas en sangre, evitar el consumo en exceso de alcohol, reposo adecuado. Es aconsejable evitar las inflamaciones o infecciones crónicas que favorecen los eventos coronarios. Ayudan los controles periódicos con su médico.

(*) Director de Cardiología no invasiva de la Clínica Imagix, Fellow del Colegio Americano del Corazón y Sociedad Europea de Cardiología.

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