El cerebro humano y sus funciones ejecutivas

El cerebro tiene un grupo de funciones ejecutivas que se encargan de que en la vida podamos tener logros y hacer las cosas. El doctor Víctor Romero, psiquiatra (*), advierte que la drogadicción te puede inutilizar totalmente, así como la depresión o la ansiedad.

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Hay personas a quienes les resulta más fácil hacer algo y a otras les resulta más difícil. En ciertos individuos, la capacidad de funcionar social y ocupacionalmente está impedida. Esto lo observamos frecuentemente como especialistas en pacientes con enfermedades neurológicas o psiquiátricas. Las recientes investigaciones científicas de la función cerebral nos dan la sorpresa de que existen verdaderos circuitos nerviosos en una parte de nuestro cerebro llamado lóbulo frontal, encargados de controlar nuestro comportamiento o para hacer ciertas cosas. A esas funciones se les llama funciones ejecutivas del cerebro. Existen personas que desde el vamos en sus vidas ya tienen dificultades en estas capacidades y difícilmente van a tener logros. Y otros, en el transcurso de la vida, debido a un daño de esta parte del cerebro; así como por enfermedades neurológicas o psiquiátricas, pueden llegar a estar incapacitados. Eso puede pasar con los traumas cerebrales, los trastornos de la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el déficit de la atención y la hiperactividad, el autismo o la drogadicción que te puede inutilizar totalmente. Todo el mundo se pregunta: ¿por qué una tristeza por ejemplo, puede dejarnos incapacitados? Lo que no sabíamos es que cuando la tristeza se convierte en enfermedad, afecta la capacidad del cerebro y no es algo meramente “emocional”. Sabemos ahora que en estos casos existe un verdadero impedimento de unos circuitos encargados de las funciones ejecutivas. Estas son las funciones cerebrales que, al combinarse y coordinarse entre sí, hacen que hagamos las cosas, diseñemos, pensemos y llegamos a poder cumplir con un objetivo determinado, mediante las capacidades de la regulación y la organización de nuestro cerebro. Cuando las funciones ejecutivas del cerebro se encuentran impedidas, el comportamiento humano se torna difícil de controlar y puede afectar nuestra habilidad de trabajar, de estudiar o de funcionar independientemente. También puede afectar nuestra capacidad de mantener un relacionamiento social apropiado. Estas funciones, se desarrollan gradualmente y cambian a través de la vida del individuo; pudiendo mejorarse en cualquier momento del transcurso de esta. De manera similar, estos procesos cognitivos pueden verse afectados adversamente por una variedad de eventos que pueden llegar a afectar al individuo. Esto ha sido demostrado desde las descripciones del doctor Harlows en la lesión del lóbulo frontal de su famoso paciente (Phineas Gage) a quien siguió durante 20 años. Daños de esta área del cerebro pueden a su vez manifestarse en déficits de la motivación o la capacidad de relacionarse con los demás. Ciertas pruebas neuropsicológicas pueden ser utilizadas para medir las funciones ejecutivas y se realizan como parte de una evaluación más exhaustiva en el diagnóstico de trastornos neurológicos o psiquiátricos. Hay evidencias importantes de que los procesos de las funciones ejecutivas se realizan en la corteza prefrontal del cerebro. Por eso, no existen dudas de que la corteza prefrontal del cerebro, que es parte del lóbulo frontal, guía el comportamiento humano. Esto también se ha verificado muy bien en estudios de personas adictas a sustancias químicas (drogas), como lo han demostrado las doctoras Rita Goldstein y Nora Volkow. Sin embargo, la corteza prefrontal, aunque necesaria, no es suficiente para todas las funciones ejecutivas. Hay evidencias de que el núcleo caudado y el núcleo subtalámico también tienen un rol en la mediación del control inhibitorio del cerebro y está impedida en la drogadicción. Definitivamente, el control cognitivo se deteriora en la adicción, en el trastorno del déficit de la atención y la hiperactividad, en el autismo y en un gran número de otros trastornos del sistema nervioso central.

La solución

El doctor Romero explica que en casos de ciertas condiciones neurológicas y psiquiátricas, no solamente se trata de salvar la vida del paciente, sino mejorar en lo posible las funciones impedidas. Muchas veces, ciertos pacientes llegan a sentirse mejor con los tratamientos, pero no necesariamente recuperan la capacidad perdida. 

Medicamentos específicos 

Hoy día, son utilizados ciertos medicamentos específicos para controlar los síntomas de una enfermedad psiquiátrica y también para buscar, a su vez, la recuperación de las funciones ejecutivas afectadas. En el déficit de la atención y la hiperactividad, que es más bien un problema del desarrollo y no una psicopatología, se trata de recuperar esas funciones que nunca se han desarrollado adecuadamente. Los agentes medicamentosos llamados dopaminérgicos han sido utilizados con bastante éxito en muchos casos en que las funciones ejecutivas están afectadas. Debemos recordar que el lóbulo frontal del cerebro es el área principal donde es regido y controlado el comportamiento humano y que existen circuitos formados por células nerviosas encargados de esta regulación. Podemos afectarlas nosotros mismos con el uso de substancias como el “crack” y el daño a veces puede ser irreversible. Lo cierto es que hay mayores esperanzas para los que no prueban las drogas.

No es fácil 

Es engañar a la gente decir que el tratamiento de la drogadicción es fácil cuando, en realidad, el recuperarse ES DIFICIL. Para las personas adictas, no existen fármacos que puedan ayudar a dejar la dependencia. Se pueden disminuir los síntomas de la abstinencia de la substancia, pero que le pueda recuperar, no. Por eso, dejar una droga es una lucha de por vida del individuo.

(*) Médico especialista diplomado del Consejo Americano de Psiquiatría y Neurología.

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