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El Prof. Dr. Javier Galeano, cardiólogo, indica que asociamos la llegada del verano con el descanso y disfrute en familia. Un día soleado, entre los múltiples beneficios para el organismo, eleva el ánimo.
–¿Pero también el calor puede resultar nocivo?
–Las temperaturas muy elevadas como las que enfrentamos últimamente pueden resultar peligrosas en personas que tienen alguna enfermedad cardiovascular.
Más del 60% del cuerpo es agua. La alta temperatura ocasiona una sudoración importante y consecuentemente pérdida de líquido (deshidratación), de electrolitos, disminución de la presión arterial por vasodilatación, palpitaciones, que sumados a otras alteraciones pueden aumentar los eventos cardiovasculares.
–¿Cómo se manifiestan las alteraciones relacionadas al calor?
–Sudoración excesiva, palidez, cansancio, sed, lengua seca, palpitaciones, mareos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y desmayos.
–¿Qué hacer ante esta situación?
–Si una persona presenta los síntomas mencionados, primero que deje la actividad que estaba realizando, luego ubicarla en lugar fresco o a la sombra, darle de beber agua, quitarle la ropa que no precise. Si no mejora con estas medidas iniciales hay que buscar ayuda médica de inmediato.
–¿Quiénes están en mayor riesgo de sufrir los efectos de las altas temperaturas?
–Las personas que ya tienen un problema cardiaco, muchas de ellas con múltiples medicamentos, entre ellos diuréticos. Como los hipertensos, diabéticos, las personas obesas, con edad avanzada y los niños.
–¿Qué se podría hacer para evitar estas situaciones?
–Tomar agua permanentemente y si va a realizar actividad física o caminatas, tomar agua antes, durante y después de realizarla. También son buenas las bebidas deportivas, pues ayudan a reponer los electrolitos. Usar ropa holgada y de colores claros, además evitar la exposición en horas de mucho calor, protegerse con sombrero y anteojos de sol.
(*) Profesor en la Universidad Nacional de Asunción y jefe de Hemodinamia, del Instituto Nacional de Cardiología.