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“Es un habito involuntario de los músculos de ATM (articulación temporomandibular) que se produce de forma inconsciente, que generalmente se da durante las horas de sueño. Es el mal hábito de apretar o rechinar los dientes”.
La profesional nombró “las consecuencias de la enfermedad: desgastes de los bordes de los dientes anteriores e incisivos que quedan como transparentes, dientes posteriores aplanados o sin cúspides donde las restauraciones saltan constantemente, dientes en forma de sierra, sensibles al frío o calor por los desgastes. Se siente el oído tapado o zumbido, salivación nocturna exagerada (moja la almohada), dificultad para abrir y cerrar la boca. Fractura de diente sin caries aparente, desgaste de dentadura en general, desgaste en los músculos masticadores, tensión en los músculos del cuello y la cara y en algunos casos con severo dolor de oído o cabeza”.
Los tratamientos
La Dra. Marianne dijo que “casi siempre el paciente viene con molestia de mala oclusión, con la posterior pérdida de pieza dentaria, por eso es importante equilibrar la oclusión (forma correcta de morder). Incluye: corregir la oclusión con ortodoncia, agregar dientes faltantes o equilibrar la oclusión (prótesis o implante), levantamiento de mordida, uso de placa de relajación o férula de descarga. Podría usarse una o varias técnicas, según el criterio del especialista”.