Dolores de espalda

Los estirones lumbares son las causas más frecuentes de consulta en osteopatía, un método que intenta devolver la normalidad a los que sufren las consecuencias de movimientos y esfuerzos desmedidos.

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Los ejercicios intensos, traumatismos así como la artrosis pueden ser los factores que inciden en dolencias que ameritan iniciar las manipulaciones osteopáticas, que se realizan con suaves masajes en la zona afectada. La técnica fue inventada por Andrew T. Still en 1874, y significa “padecimiento del hueso”. Sus defensores dicen que puede curar cualquier problema a base de masajes centrados en los tejidos blandos para liberar la energía atrapada en los músculos.

El Dr. Thomás Solente, especialista en fisiatría, osteopatía y posturología, afirma que las manipulaciones osteopáticas se hacen en función a la afección que presenta la persona, es decir, ante dolor de hombro se logra recuperar la movilidad normal de una articulación o un músculo. Después de un tratamiento osteopático la persona está muy relajada y tiene sueño por lo que se recomienda hacerse la osteopatía de tarde.

“Antes de una sesión de osteopatía se aconseja tener la vejiga vacía, es decir, se recomienda consumir alimento dos horas antes de la sesión. La cantidad de sesiones varía de acuerdo a cada caso, ya sea una cada semana o cada tres semanas. No son necesarias muchas sesiones de ostepatía, sin embargo, cuando los dolores vuelven ya se trata de un problema postural”, señala.

“La osteopatía se lleva a cabo sobre una camilla, en forma manual y se trabaja sobre la zona afectada con las dos manos, de manera suave. Los problemas de espalda y cuello son los más comunes porque la columna vertebral es el eje del cuerpo y cualquier desviación de ese eje generará problemas”, agrega.

Manifiesta que “una persona puede consultar por dolor articular, ya sea de columna, lesiones de hombros, de rodillas, tendinitis, incluso artrosis, ante cualquier problema muscuesquelético. Sin embargo, el dolor lumbar es la causa más frecuente de consulta en osteopatía”.

Por su parte, el osteópata argentino Gabriel Rosujovsky informa que cuando una persona padece dolor persistente toda su vida se ve afectada.

“Además de la propia sensación desagradable de dolor, probablemente la persona se sienta más impotente en sus capacidades, se encuentre preocupada, y sola. Recuerde que la calidad de vida disminuye notablemente, es decir, no se pueden hacer las mismas tareas que anteriormente se realizaban sin inconveniente”, dice.

“A través de la osteopatía se trata todo tipo de dolores, en particular los persistentes en el tiempo, como lumbalgias, protrusiones discales (sale de su lugar), síndrome del túnel carpiano (neuropatía periférica que ocurre cuando el nervio mediano se comprime a nivel de la muñeca), etc.”, añade.

El osteópata señala que el proceso aplicado a la espalda incluye una combinación de técnicas para el alivio del dolor, como terapias manuales o técnicas de movimiento especialmente orientadas.

El doctor Solente agrega que “los traumatismos, esfuerzos desmedidos, desviaciones del disco intervertebral, o artrosis de las articulaciones de la columna son algunas causas de los problemas lumbares muy comunes en las personas”.

Corregir y liberar tejidos

El osteópata Rosujovsky dice que “el dolor es una respuesta del cerebro, adecuada aunque no placentera a lo que juzga como una situación amenazante, más allá de que existan o no lesiones o disfunciones en las articulaciones, músculos, ligamentos, nervios y sistema inmunitario”.

Los mecanismos del dolor son muy importantes para los seres humanos, según el experto, porque nos protegen, nos alertan del peligro antes de lastimarnos o cuando ya lo estamos. Porque nos llevan a tomar acciones necesarias para preservar nuestra salud o para que un tejido dañado retorne a su estado funcional lo más rápido posible.

Solente menciona que “la osteopatía se encarga de corregir y liberar todos los tejidos del cuerpo que se encuentran con disminución de la movilidad normal”. Explica además que “las fascias son los tejidos que cubren todos los músculos y órganos, es como una red y si en una parte de ella hay una tensión, todo el resto de ese tejido está siendo modificado, porque se trabaja en conjunto”.

Afirma que en la edad avanzada hay más sensores alterados en relación con una persona joven. “Los sensores son dos: los externos como pie y ojo, y los propios sectores que informan la posición de las diferentes partes del cuerpo, que son los músculos, las articulaciones y los tendones”, finaliza.

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