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No siempre se trata de una molestia menor, puede ser una indicación de algo mucho más grave, por lo que es bueno prestar atención al tipo de dolor que se siente, las circunstancias, la asiduidad y el lugar exacto en el que se percibe la dolencia.
Conversamos con el doctor Jorge Duarte, quien explicó que existen muchos tipos de dolor de cabeza; los más frecuentes hoy por hoy son los de tipo tensional, debido a un ritmo de vida acelerado, problemas económicos, sociales, familiares, entre otros. Estos van generalmente acompañados de dolor de hombros y el cuero cabelludo, y se sienten como una vincha o sombrero.
Más común en las mujeres son las migrañas –las famosas cefaleas migrañosas–, que se sienten en la mitad de la cabeza como si fuesen puntadas, y vienen acompañadas de síntomas previos como puntos brillantes o puntos negros en la visión; la migraña es un dolor de cabeza muy intenso, pulsátil, se siente generalmente en la mitad de la cabeza y no se calma con medicamentos comunes, sino con los vasoconstrictores. Se encaran con preventivos en forma constante, como anticonvulsionantes –que existen en una amplia gama–, pero en dosis pequeñas, también antidepresivos y otro tipo de medicación, siempre dependiendo de los estudios realizados al paciente.
Moneda común es la automedicación, práctica que el médico consultado recomienda no llevar a la práctica, ya que estos dolores muchas veces pueden ser de otro tipo, algunos más intensos, de origen brusco, y ante este tipo de dolor es necesario acudir a un centro asistencial, ya que pueden ser previos a un aneurisma. Es sumamente importante prestar atención a esta posibilidad, puesto que, lastimosamente, es bastante frecuente en los últimos tiempos.
Otro tipo de dolor se da cuando cambia la evolución del mismo, y se va haciendo más intenso. Es del tipo que despierta por la noche, e implica ver si hay un proceso diferente –por ejemplo tumoral, que está empezando–; es importante hacerse ver por un especialista porque puede ser síntoma de otro padecimiento, con más razón si se acompaña de pérdida de fuerza, ya que puede ser secundario a una hemorragia.
El galeno sugiere no dejar de lado una alimentación adecuada y una correcta hidratación, sobre todo en nuestro país, en el que normalmente hace mucho calor. Quienes practican muchos deportes expuestos al sol –sobre todo en verano–, así como ancianos que hacen alguna actividad fuera de lo normal, pueden tener cefaleas, por lo que es necesario tomar los cuidados necesarios de hidratación, ya sea con agua o bebidas isotónicas, así como frutas con alto contenido acuoso.
Si uno ya consultó con un profesional médico por dolores previos, por ejemplo, en las cefaleas migrañosas, generalmente el médico ya receta algún medicamento que conviene tener a mano en caso de que reaparezcan los dolores.
Por último, el doctor Duarte sugiere acudir primero al médico de cabecera –generalmente un clínico, quien derivará al profesional adecuado al caso–, ya que las causas pueden ser varias, algunas más graves que otras, como por ejemplo la hipertensión arterial.