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“La tartamudez, también conocida como disfemia, es una dificultad en la fluidez del habla que suele manifestarse en la comunicación social, cuando el niño habla con alguien”, explica la licenciada Silvana Ayala Verdún, fonoaudióloga.
Se observan “saltos” involuntarios al hablar y repeticiones de sonidos, sílabas, partes de palabras o frases, por ejemplo: “ga ga ga gato, a a a auto, casa casa casa. Su aparición oscila entre los tres y los seis años, de manera gradual o repentina”, refiere la profesional.
Agrega que “se debe diferenciar la tartamudez patológica de la tartamudez fisiológica, siendo esta última un proceso normal que aparece alrededor de los tres años”. “Estos bloqueos dejan de ser normales cuando son acompañados de contracciones involuntarias y bruscas de los músculos encargados de la articulación, fonación y respiración; así también tics faciales o gestos”, agrega.
En cuanto a las causas, “puede deberse a factores psicológicos, por inmadurez del aparato fonador o alteraciones neurológicas”, apunta.
El tratamiento se realiza en conjunto con el fonoaudiólogo y el psicólogo, trabajando de manera individual con el niño y los padres. Se utilizan varios procedimientos como: “enseñanza de la mecánica del habla, técnicas de fluidez, de relajación muscular y control vocal”.
La licenciada Ayala Verdún recomienda “no apurar al niño cuando habla, esperar que termine la frase. No pedirle que hable lento debido a que esto acentúa los bloqueos. Hablar por turnos, no corregirlo ni interrumpirlo”.
Patologías frecuentes
La licenciada Lourdes Cabrera, fonoaudióloga, docente de Audiología- UCA, dice que “entre las patologías más frecuentes causadas por problemas físicos en niños tenemos labio y paladar fisurados, en que se debe realizar una cirugía reconstructiva. En cuanto al frenillo sublingual (kûsã) se deja a criterio del cirujano infantil la cirugía de corrección; otra es la falta o mala posición de piezas dentarias en que se recomienda la consulta con el odontólogo. Una vez corregidas estas patologías se realiza el tratamiento fonoaudiológico para mejorar la respiración, la deglución y la mala pronunciación”.
En niños y adultos ocurre la parálisis cerebral y en adultos están los pacientes con ACV, que afecta la motricidad o movilidad orofacial. También la falta de piezas dentarias lo cual ocasiona escape de aire. Todos tienen tratamientos con el fonoaudiólogo.
“Los padres estarán atentos si el niño no reacciona ante los estímulos sonoros y visuales, más aun si nacieron con bajo peso o prematuros. Es crucial la realización del escreeng auditivo”, finaliza.