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Carlos Finlay recibió su educación universitaria en Europa y en Norteamérica, en donde tuvo como maestro a Kearsly Mitchell, pionero de la teoría de los gérmenes como agentes patógenos.
Carlos Finlay fue el descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. La importancia de este descubrimiento se debe a que se trata de la primera infección humana en que se demostraron la intervención causal de un virus y la transmisión de este por picadura de un insecto, el mosquito Aedes aegypti.
Estudió el comportamiento del mosquito, su morfología y hábitos de alimentación en diversas condiciones de temperatura y atmosférica, como así también su distribución geográfica, en una presentación en la Academia de Ciencia de La Habana el 14 de agosto de 1881.
Con este descubrimiento se evitaron miles de muertes en América Latina y además facilitó, gracias a su investigación, prevenir la mortalidad de los operarios en la construcción del Canal de Panamá, que en esa época se estaba realizando, diseñándose a raíz de este descubrimiento medidas sanitarias para combatirla.
El trabajo científico de Carlos J. Finlay “El mosquito, hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla” es un clásico de la salud pública y se publicó por primera vez en el año 1881.
La profesión
En la actualidad la profesión médica vive grandes avances a niveles tecnológico y científico, como así también cambios positivos en la relación médico-paciente. Debemos tener en cuenta las siguientes reglas éticas fundamentales que protegen la salud física, mental y social de aquellas personas que requieran el saber profesional de nuestro conocimiento médico para curar o aliviar sus dolencias: la confidencialidad, es decir, el resguardo del secreto médico, veracidad en la información claramente requerida, consentimiento informado de parte del paciente o sus responsables de los riesgos y beneficios de la terapéutica propuesta por el médico. Además, justicia, es decir, el trato con equidad para toda persona cualquiera fuere su condición social, sus ideas políticas, raza, religión o sexo.
Con gratitud
Quiero resaltar a figuras sobresalientes como el profesor doctor Manuel Riveros, hijo de Juan Riveros y Dudriana Molinari. Nació en Caapucú el 1 de agosto del año 1904. Obtuvo medalla de oro, como mejor egresado de la promoción 1928 de la Facultad de Medicina y una beca para realizar estudios de perfeccionamiento. Lo hizo en París como asistente extranjero del Servicio de Cirugía del Profesor Gosset y como ayudante del Dr. Leibovie.
Realizó cursos en Suiza, en el hospital de Londres y en el Memorial Hospital de Nueva York; en el Lahey Clinic, de Boston, y en el Mayo Clinic, de Rochester. A su regreso se dedicó a la docencia y estuvo en la cátedra con el profesor Benigno Escobar, otro grande de la medicina. Bajo su dirección se realizó el Instituto de Cirugía del Hospital de Clínicas. Tuvo especial dedicación al cáncer, motivo por el cual se creó la cátedra de cirugía del Departamento de Clínica de Tumores.
basilio-torres@hotmail.com