Derrame ocular

La presión arterial alta que se dispara por un estornudo o la tos puede ocasionar una hemorragia notoria en la parte blanca del ojo con una apariencia impactante que asusta. Dos especialistas dan su opinión y explican cómo es que esa sangre queda atrapada en ese lugar.

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El doctor Walter Martínez Gill, oftalmólogo, afirma que “el derrame ocular, también conocido como hemorragia subconjuntival o hiposfagma, se caracteriza por la aparición de una mancha roja de sangre bajo la conjuntiva ocular. Esto se puede producir por la rotura de algunos de los vasos sanguíneos o capilares”. Aclara que la sangre se aloja en la zona anterior y no atraviesa la parte del limbo corneal.

El oftalmólogo define que “la conjuntiva es una fina membrana que recubre el ojo, una especie de tela transparente, elástica y muy fina que tapa la esclerótica, es decir, la parte blanca de los ojos. La conjuntiva dispone de diversas funciones, entre ellas, ofrecer protección a los ojos y lubricar la zona corneal. Cuando se produce una hemorragia en esta zona es porque alguno de los vasos sanguíneos que contiene esta fina capa se ha roto y ocasiona la aparición de manchas rojas en el ojo”.

Por su parte, el doctor Juan Carlos Ginés, oftalmólogo, dice que “hay que diferenciar dos aspectos, que se confunden en el momento de las hemorragias conjuntivales, en referencia a la presión: la presión del cuerpo y la presión intraocular. La presión intraocular no tiene implicancia directa en la aparición de este tipo de hemorragias, puesto que la afectación que produce en el nervio óptico (la estructura neurológica que conecta el globo ocular al cerebro) lesiona crónicamente y le roba las fibras de transmisión de la imagen. Esto puede ser ante un glaucoma agudo y su persistencia durante varios días o, en el caso de un glaucoma crónico, que afecte al paciente muchos años sin haber sido apropiadamente tratado”.

El galeno acota que “la presión sistémica –la responsable de que la sangre se distribuya por todo el cuerpo– si juega un papel importante en las hemorragias subconjuntivales, puesto que su aumento en el interior de los vasos sanguíneos de la conjuntiva puede elevarse súbitamente. Esto como consecuencia de un esfuerzo físico, como levantar mucho peso, toser, estreñimiento, etc., y vencer la resistencia de las paredes que transportan esta sangre. Luego se coagulará y dejará teñida la parte blanca del ojo”.

También produce el sangrado el trauma directo, por frotamiento vigoroso del ojo o por lesión directa de algún objeto, señala.

El doctor Martínez Gill añade que “la hemorragia subconjuntival clásica o hiposfagma termina por reabsorberse en un plazo de entre ocho y 10 días”. mirtha@abc.com.py

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