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Teresa González Miniotis, cosmetóloga, relata que el calor acelera la producción del acné de todo tipo. Para el acné juvenil o de la pubertad padres e hijos deben ser apoyados a través del diálogo y la información.
“Es importante llegar hasta el médico o la cosmetóloga para ser guiados a tiempo, de modo a evitar daños posteriores como secuelas en la piel y en la psiquis”, aconseja.
Afirma que “el acné de adulto puede tener varios frentes y connotaciones desde el uso inapropiado de un cosmético, cierto tipo de medicamentos, y el tema hormonal. Este último debe ser tratado por el médico en primera instancia”.
“Luego se encuentra el acné de la vida cotidiana, el estrés con la mala alimentación, por ejemplo, al ingerir comidas no balanceadas y las llamadas rápidas. En forma repetitiva repercute en el debilitado sistema inmunitario, y es cuando el cuerpo empieza a emitir señales de alarma, estreñimiento, mal aliento y erupciones en la piel”, acota.
“El trabajo del profesional cosmetólogo es tratar, por ejemplo, el acné que se encuentra en la fase una y dos. Este brindará asesoramiento (qué ponerse, qué utilizar) y consejos al paciente”.
González Miniotis recomienda lavar el rostro con “un gel de limpieza neutro, nada agresivo o secativo, y luego enjuagar con agua natural. Por lo menos realizar estos pasos dos veces al día, es decir, al despertarse por la mañana y antes de dormir, por la noche, incluso posterior a practicar algún deporte”.
La cosmetóloga enfatiza que “después se podrá aplicar una loción secativa –solo por la noche– para el rostro graso. Este producto contiene azufre que ayuda a secar la piel y se aplica con ayuda de un algodón embebido en agua, sin enjuagar posteriormente”.
Ampollas de pus
“Cuando el paciente ya presenta pústulas o ampollas de pus, que son casos más graves, se procede a derivar la consulta con el dermatólogo”.
Recomendaciones
- La primera capa de piel –la epidermis– debe estar siempre cuidada, humectada y protegida, por lo que es necesario tomar medidas cautelosas con el sol para reducir la hiper-pigmentación (manchas).
–Protegerse de los rayos ultravioletas dañinos (UVB) y dosificar los tiempos de exposición, para permitir que la piel se aclimate, y las células tengan tiempo de ascender lentamente a la superficie de la epidermis. Si en ese ascenso recibe mayor cantidad de UVB y la piel no llega a defenderse es porque los rayos penetran y se producen roturas, ampollas y hasta quemaduras muy severas.
- Lo fundamental es exponerse al sol para el bronceado con protección adecuada y de forma gradual. Conociendo y respetando estos puntos estaremos en condición de vivir y disfrutar del sol.