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Lo llamativo de la reacción de angustia mencionada en primer lugar en el párrafo anterior es que "eso conocido" que despierta el temor, en numerosas ocasiones, es algo poco peligroso o temible. Sin embargo la persona reacciona con un intenso sufrimiento. En clínica se conoce como fobia a esta reacción desmedida ante lo no peligroso en sí mismo. Tomemos como ejemplo el sapo. ¿Qué peligro puede representar, con su sola presencia, para la vida de un humano? Ninguno. Pero esa no es la respuesta que daría una persona con fobia al sapo.
La persona que cree conocer el objeto o situación que le produce la penosa sensación de angustia puede "defenderse" evitando enfrentar lo angustiante. Es lo que hacen los fóbicos. Aunque la tal defensa empobrece o complica la vida del sujeto.
La persona que cree conocer el objeto o situación que le produce la penosa sensación de angustia puede "defenderse" evitando enfrentar lo angustiante. Es lo que hacen los fóbicos. Aunque la tal defensa empobrece o complica la vida del sujeto.