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Desde tiempos inmemoriales, se describieron deformaciones y patologías en los niños, así como procedimientos para corregirlos, mencionados desordenadamente, y derivados de procedimientos aplicados a adultos.
Recién en la década de 1930 a 1940 se desarrolla como disciplina, a raíz de cirujanos en Estados Unidos e Inglaterra que se dedicaron a atender a niños huérfanos y heridos de los tiempos de la guerra mundial describieron las diferencias entre adultos y niños en las partes anatómicas, fisiológicas y patológicas, así como las enfermedades, en forma ordenada, clasificada, y los tratamientos apropiados, luego que ellos mismos lo entendieron mejor.
A raíz de todo este ordenamiento, nacen los axiomas de la cirugía pediátrica. He aquí algunos:
“Los niños no son adultos en miniatura”.
“Desde la etapa prenatal, todo es distinto. La textura de los tejidos, la anatomía, la fisiología, patología y el tratamiento, son propios de la infancia”.
“Los niños portadores de una patología quirúrgica, bien tratados, llegan a ser adultos sanos”.
“Los niños portadores de patología quirúrgica tratada en forma inadecuada, posiblemente no lleguen a ser adultos”.
“Cualquier adulto puede ser tratado como un niño, pero la inversa nunca es aplicable”.
“Todo niño portador de una patología quirúrgica merece ser tratado por un cirujano pediatra certificado”.
Esta disciplina tiene un poderoso impacto en la evolución histórica de los niños con malformaciones y enfermedades de corrección quirúrgica. Por ejemplo, el primer reporte exitoso de una operación en recién nacidos con atresia del esófago aparece en 1943 en Boston. Esta malformación del tubo digestivo es difícil de tratar, y tiene implicancias fatales, de no asistirse adecuadamente.
* Especialista en cirugía y urología pediátrica.