Contenidos de azufre del diésel

El Dr. Jaime A. Guggiari (h), especialista en asma, alergia e inmunología clínica, explica las diferencias que existen entre los combustibles diésel comunes y los especiales, y su impacto en la calidad del aire que respiramos.

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El azufre se encuentra naturalmente en el petróleo, una sustancia dañina en sí misma; pero como los vehículos son indispensables, debemos tener en cuenta ciertos aspectos relacionados al medio ambiente y la salud.

El doctor Guggiari sostiene que si esta sustancia no es eliminada o reducida durante los procesos de refinamiento, contaminará al combustible y como consecuencia todo lo que le rodea.

“El azufre del diésel contribuye a las emisiones de material particulado. Es una tendencia mundial que se reduzca el límite de azufre en el diesel a 0,05 por ciento, debido a que la correlación del contenido de azufre en el diésel, con las emisiones de partículas y el dióxido de carbono (SO2) están claramente establecidas. Es por eso que es importante resaltar que cuanto menor sea el contenido de azufre del diésel, menor daño causará al medio ambiente y por consiguiente a la salud de las personas”.

Según el médico “cualquier medida financiera local o internacional que desaliente el uso de combustibles menos contaminantes afectará considerablemente la calidad del aire de nuestras ciudades, con un impacto impredecible a nivel de la salud de la población”.

Agregó que existen numerosos estudios locales realizados en nuestra ciudad, que evidencian una calidad paupérrima del aire, sobre todo en las avenidas de alto tráfico vehicular, además en las zonas en donde circulan gran cantidad de ómnibus públicos, los cuáles en su mayoría son abastecidos con diésel de baja calidad por los costos que implican”. En contrapartida, se observa una mejoría significativa de la calidad del aire en las zonas con bajo tráfico vehicular o en aquellas zonas separadas hasta por lo menos 400 metros de las avenidas de alto tráfico.

El Dr. Guggiari menciona que hoy en día, “están plenamente demostrados los mecanismos a través de los cuales la contaminación del aire afecta a los diferentes órganos de las personas, ya sea en problemas de la piel, la nariz, los ojos, o inclusive procesos más profundos y graves como el inicio de una enfermedad carcinogénica. Toda la vía respiratoria, tanto superior (nariz, fosas nasales, garganta, faringe, laringe) así como la inferior (bronquios, bronquiolos y alveolos) sufren daños diarios desde una pequeña irritación a procesos inflamatorios más graves, debido a que su función primordial es justamente acondicionar el aire antes que este sea trasladado a la sangre”, apunta.

“En el año 2014 el Congreso Nacional promulgó la Ley 5211, y se inicia una serie de acciones, por ejemplo, controlar el monóxido de carbono, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, entre otros. Se debe alentar el uso de diésel menos contaminante”, concluye.

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