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La Lic. Dolly Ruiz, psicóloga, afirma que “la mayoría de las personas están familiarizadas con el término de ‘embarazo adolescente’, que de por sí ya es un tema muy polémico desde las diferentes perspectivas que se aborden: psicológico, médico, social, legal, religioso, etc., pero cuando se menciona el ‘embarazo infantil’, el término de por sí ya expone un drama de dimensiones insospechadas, con toda su carga de angustia e indefiniciones difíciles de abordar”.
Señala la licenciada que “cuando una niña resulta embarazada la primera realidad que se debe asumir es que el embarazo es producto de un abuso violento, de sexo no consentido, por lo que el abordaje profesional médico y psicológico es tratarla como víctima”.
“Eso obliga a activar protocolos específicos de intervención y a moverse dentro de los mismos. Normalmente este primer abordaje sucede en los hospitales en los que se confirma el embarazo y se informa a los familiares y a la misma víctima de la situación, al tiempo que se realiza la denuncia correspondiente”, resalta.
Indica además que “tanto la víctima, como el entorno familiar (del cual proviene generalmente el victimario) deben recibir contención emocional y orientaciones precisas sobre las acciones a llevarse a cabo”.
Una ruptura
“Para la niña víctima, el embarazo, producto de abuso sexual infantil, implica siempre una ruptura violenta e irreversible de su niñez y tal situación se da porque el deber de cuidado de los adultos responsables no se ha cumplido. Por ello, todo profesional que entre en contacto con la víctima debe tener en cuenta que llega a ese momento con la siguiente carga: los adultos de su confianza y de sus afectos más cercanos le han fallado. El temor y la desconfianza hacia los adultos está exacerbado y con justa razón. La autoestima se encuentra totalmente deteriorada por las situaciones que ocasionaron el embarazo”, refiere.
Injusta culpabilidad
La psicóloga detalla que “la niña se siente con una absoluta incapacidad de encontrarle sentido a lo que le pasó y le está pasando. Dicha incapacidad cognitiva es mayor cuando debe comprender que va a ser madre y que puede morir por esa razón. Además que su opinión no será tenida en cuenta, ya que médicos y jueces son los que decidirán por ella”.
“Este breve listado de desestructuración psicológica de la víctima no agota el tema, pero nos permite dimensionar el drama humano que nos interpela profundamente como adultos y profesionales. En ese contexto, lo que nunca se debe perder de vista es que es una víctima, sigue siendo una niña y seguirá siendo niña por mucho tiempo”.
Consejos
* Responder todas las preguntas de los niños desde la primera vez con naturalidad y con la verdad en términos sencillos. Esto se inicia alrededor de los tres años y se refiere a las diferencias de los órganos sexuales de niños y niñas.
* La iniciación sexual más saludable es la que es libremente elegida por ambos en forma responsable. Se evitará exponerse a situaciones de vulnerabilidad.