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El bullying es el maltrato físico y/o sicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar. El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima.
El bullying se divide en dos categorías:
1. Acoso directo: es el más común entre los niños. (Peleas y agresiones físicas)
2. Acosos indirecto: suele ser más común entre las niñas y, en general, a partir de la preadolescencia. Por ello, el maltrato entre compañeros puede aparecer de formas muy diversas. Las más comunes son verbales: insultos, motes, hablar mal de alguien, rumores.
Los sicológicos: amenazas para lograr algo de la víctima, para ejercer poder sobre ella. Las agresiones físicas: peleas, palizas, pequeñas acciones. Aislamiento social: marginando, ignorando su presencia y no contando con él/ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
En muchas comunidades educativas de nuestro país, la violencia entre los jóvenes es un problema creciente. Jóvenes de 12 a 24 años son las víctimas más probables de la violencia no criminal y muchos de los ataques ocurren en el colegio.
¿Qué pueden hacer los colegios?
La prevención es importante: establecer programas de mentores, capacitación para resolución de conflictos, entrenamiento en destrezas sociales, programas de participación familiar, un trabajo conjunto con el grupo de estudiantes, con el centro de estudiantes mediación de los compañeros.
Realizar una investigación: se puede llegar a definir el problema del grado o curso. En primer lugar, se debe detectar quienes son los chicos o el chico instigador. En general, son chicos con características sobresalientes, que enmascaran su inocencia con una buena conducta, por lo que son aprobados favorablemente por los docentes, pero de manera silenciosa están utilizando a sus compañeros a realizar las fechorías que por ellos mismos no lo realizarán por quedar en evidencia y desvirtuar su prestigio.
Padres deben estar atentos
Los cambios en los siguientes aspectos que pueden ser indicios de que su hijo está siendo víctima del acoso escolar:
- Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
- Tristeza, llantos o irritabilidad.
- Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
- Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
- Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales.
- Aparecen golpes o hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
- No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros.
- No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
- Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
- Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.
Cómo actuar
Si el niño es víctima de agresiones (físicas o verbales) por parte de alguno o algunos de sus compañeros, aquí van algunos consejos sobre lo que puede hacer para acabar con esa situación:
- Ignorar al agresor, hacer como si no lo oyera. Ni siquiera lo mire.
- Que no llore, ni se enoje, ni muestre que le afecta. Eso es lo que el agresor pretende; así que no le dé esa satisfacción.
- Responder al agresor con tranquilidad y firmeza. Decir, por ejemplo: No, eso es solo lo que vos pensás.
- Alejarse o correr si es necesario, si cree que puede haber peligro. Alejarse de la situación. Ir a un sitio donde haya un adulto.
- Si es una víctima constante de los agresores, lo más importante que tiene que hacer es hablar con un adulto.
- Dejar claro al adulto que la situación le afecta profundamente, sobre todo si es víctima de agresiones verbales, ya que a veces los adultos no la consideran importante; sin embargo, son las que más daño pueden hacer.
Y recuerde
- El niño no tiene la culpa de ser agredido.
- NO tiene que hacer frente a esta situación solo.
- Es el agresor quien tiene un problema.
-TRATAR a los demás como quiere que lo traten. Ayudar al que lo necesite y así, cuando él necesite ayuda, le ayudarán.
* Sicóloga sicopedagoga.