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Las primeras pruebas concretas de que el alcoholismo puede afectar al funcionamiento del cerebro del adolescente han sido publicadas en la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research, de febrero. La investigación se ha realizado con adolescentes alcohólicos, abarcando a 33 jóvenes de 15 y 16 años que habían consumido alcohol en más de 100 ocasiones en su vida y no eran adictos a otras drogas. Se evaluaron sus funciones cerebrales en comparación con la de otros chicos que no tomaban alcohol.
“La gran diferencia que encontramos entre los adictos al alcohol y los no adictos era la referente a las funciones de la memoria. En su mayoría los jóvenes adictos al alcohol tenían más problemas para recordar información nueva”, señala Susan F. Tapert, de la Universidad de California, en San Diego (EE.UU.) y una de las autoras del estudio.
“Decidimos fijarnos en adolescentes de 15 y 16 años porque es un período relativamente bien delimitado de desarrollo cerebral”, afirmó Tapert. “Ciertos desarrollos cerebrales, como el refinamiento de las conexiones neurales se completan hacia los 16 años. El desarrollo de los lóbulos frontales –partes del cerebro importantes para el análisis y resolución de problemas y para la planificación– continúa aproximadamente hasta los 16 años. Esta época tan importante para el desarrollo cerebral es también el momento en el que algunos adolescentes empiezan a beber bastante”.
Pero aunque el desarrollo neurológico y cognitivo de los adolescentes puede ser interrumpido, alterando o impedido por la exposición al alcohol, los cerebros jóvenes tienen más capacidad de recuperación y más posibilidades de desarrollo compensatorio, explica la directora de la investigación, Sandra A. Brown, profesora de siquiatría y sicología de la Universidad de California, en San Diego.
Programa hospitalario
Los adolescentes que participaron en la investigación, financiada en parte por el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en inglés), se reclutaron en programas de tratamiento hospitalario y se compararon después de un mínimo de tres semanas de abstinencia con adolescentes de edad, sexo, nivel socioeconómico y educación similares sin historial de abuso de alcohol o drogas.
Mediante entrevistas clínicas, confirmadas por informes de los padres, los investigadores evaluaron la relación reciente y a lo largo de la vida con el alcohol y otras drogas, y el alcohol o síndromes de abstinencia de otras drogas. Ambos grupos participaron en pruebas de aprendizaje, memoria, función visual y espacial, capacidad lingüística, resolución de problemas y atención.
Inicio precoz en España
La iniciación en el consumo de alcohol se produce en España a edades cada vez más precoces actualmente entre los 12 y 15 años, según los últimos datos del Plan Nacional sobre Drogas (PND). Uno de cada tres adolescentes ya ha probado el alcohol de alta graduación antes de cumplir los 16 años. El consumo excesivo de fin de semana es otra de las características que revelan los estudios. Uno de ellos, realizado recientemente por el Gobierno vasco, pone de relieve que el 27% de los jóvenes de entre 13 y 19 años bebe de forma excesiva. Los datos del Instituto de la Juventud referido a 1995 indican que el 62% de los jóvenes de 15 a 29 años son bebedores. Y otro dato del PND refiere que 300.000 menores de 29 años se emborrachan a diario. La mejor forma de prevenir es a través de la información.
marinav@prodigy.net.mx