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La doctora Gilda Benítez dice que “más de una tercera parte de las personas que actualmente viven con diabetes tipo 1 y 2 desarrollarán algún tipo de daño en sus ojos durante la vida. Por ello es tan importante tener en cuenta ciertos aspectos para evitar las complicaciones, que se pueden prevenir o retrasar manteniendo buenos niveles de glucosa en sangre, presión sanguínea y colesterol lo más cerca posible a lo normal”, añade.
“Hay que recordar que la retinopatía diabética es una complicación ocular de la diabetes causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina. El daño de los vasos sanguíneos puede tener como resultado que la retina no pueda recibir la información visual y, por lo tanto, producir en forma gradual un deterioro de la visión que en principio se hace borrosa y puede llegar a la ceguera”, acota la profesional.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
La doctora Benítez señala que “se debe realizar una vez al año el estudio de fondo de ojos (evaluación de la retina). En la diabetes tipo 1 a partir de los cinco años de evolución de la diabetes y en la tipo 2 a partir del diagnóstico”.