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La bioestimulación cutánea es un procedimiento en medicina estética sin cirugía mediante el cual se trata de estimular las células que se encuentran a nivel de la piel.
Una de las formas de bioestimulación es con plasma rico en plaquetas, pero también existen otros, expresa la Dra. Karina Figueroa, especialista en medicina estética.
“El procedimiento actúa sobre todos los tipos celulares de la piel, pero principalmente sobre un tipo celular, llamado fibroblastos. Estas células especializadas en la formación de nuevo colágeno, elastina, son las encargadas de la cicatrización de heridas”, alega.
“Gracias a esta estimulación es posible mejorar los signos del envejecimiento, tales como la textura, el tacto, el tono, el color, el brillo y la luminosidad de la piel”, explica, y que el envejecimiento cutáneo se produce por degradación celular e intervienen factores como el paso del tiempo y la genética, además de un conjunto de mecanismos moleculares y celulares propios del envejecimiento.
Otros factores son la exposición al sol, las enfermedades, las hormonas, la nutrición, los hábitos tóxicos o los cuidados cosméticos.
“Existen formas de bioestimular a los fibroblastos con mayor respaldo científico, dado que se han identificado en sus membranas (cubierta celular) tres tipos de receptores específicos que, al ser activados, ponen en marcha nuevamente la maquinaria celular, aumentan la síntesis de colágeno y la generación de una nueva matriz extracelular”.
Estas consisten en “la aplicación intradérmica (a nivel de la piel) de polinucleótidos de ADN, con excelentes capacidades antioxidantes e hidratantes que protegen las membranas celulares de la degradación oxidativa. Estimula los procesos de cicatrización gracias a su capacidad de restaurar células muertas”.