La exfoliación sirve para eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel impidiéndole respirar. Las células de nuestra piel se multiplican, mueren y se renuevan. “La exfoliación acelera este fenómeno natural estimulando la regeneración celular y la microcirculación sanguínea de superficie. La piel retoma su suavidad y flexibilidad”, asegura la experta.
“El baño de luna renueva la piel que se empareja por la decoloración de los vellos del cuerpo. El objetivo de este procedimiento es aclarar manchas y vellos, además de dejar la piel suave y humectada, lista para broncearse y obtener un tono parejo”.
Entre los objetivos están “limpiar y purificar la piel, activar la irrigación sanguínea, y además reducir las manchas del autobronceante”.
Señala que, entre otros factores, favorece la “renovación celular, mejora la circulación sanguínea y prepara la piel para una mejor absorción de las cremas a ser utilizadas en cualquier otro tratamiento estético. Luego la hidratación corporal, devuelve un aspecto sano”, culmina.