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El doctor Jorge Medina Gutiérrez, presidente de la Sociedad Paraguaya de Coloproctología, aborda las crisis hemorroidales.
–¿Es la vida sedentaria un detonante de las crisis hemorroidales?
–El sedentarismo es una de las causas predisponentes para desarrollar la enfermedad hemorroidal. Se ve esta enfermedad con más frecuencia en personas que están sentadas: modistas, choferes, oficinistas, etcétera.
–¿De qué manera se previenen estos episodios?
–Las recomendaciones incluyen una buena alimentación con verduras crudas y frutas. Desayunar con cereales, beber dos litros de agua diariamente y evitar alimentos como embutidos, picantes y alcohol.
No hacer esfuerzo para defecar y no permanecer sentado en el inodoro por tiempos prolongados para leer, o hablar a través del celular, entre otros.
Hacer ejercicios diariamente contribuye a mejorar la circulación y evitar que las venas se agranden y dilaten.
–¿Cómo debe cuidarse una persona diagnosticada con algún grado de enfermedad?
–El tratamiento debe ser recomendado por un médico y no por un farmacéutico. Después de descartar otras enfermedades, en los casos de hemorroides grado I y II, con síntomas leves y esporádicos, el galeno indicará regularizar el tránsito intestinal con una dieta rica en residuos que contengan, al menos, 20 a 30 gramos de fibras y abundante ingesta de líquidos. Evitar el sedentarismo y los alimentos constipantes, picantes, café, cigarrillo, alcohol y no usar el papel higiénico, sino una buena higiene con agua y jabón neutro.
También recetará, según el caso, el uso de pomadas y agentes flebotónicos (diosmina, flavonoides, dobecilato de calcio, etc). Algunos prodecimientos como la ligadura hemorroidal con una banda elástica o la esclerosis con sustancias esclerosantes (polidocanol) ayudan a mitigar los síntomas.
Para los grados III y IV, la cirugía es recomendada según la severidad de los síntomas.
–¿Las hemorroides anteceden a un cáncer de colon?
–Las hemorroides son un conjunto de venas y arteriolas (vasos sanguíneos). No tienen nada que ver con el cáncer colorrectal.
El sangrado por el ano es síntoma de ambas enfermedades. El médico indicará estudios –por ejemplo, una colonoscopía– para discernir ante cuál nos enfrentamos, e instaurar el tratamiento correspondiente.
Muchos llegan con tumores de colon y recto en estadios avanzados, porque no recibieron una buena evaluación y perdieron tiempo culpando a las hemorroides por el sangrado que presentaban.