El deseo erótico es muy íntimo, y mucha gente no se anima a hablar, a expresar sus necesidades. Se va callando y guardando y mientras se cree que todo está como debería muchas parejas terminan con un sabor inconcluso.
Hablar, expresar y pedir parecieran muy fáciles tareas, pero muchos no se atreven a confesar sus deseos más secretos. Y entonces no se puede pedir que el otro interprete el jeroglífico que se le impone.
Sin temores
Se tendrá la sabia intención de disfrutar con la pareja de ese momento pleno, sin temores, culpas y reproches, ya que si eso ocurre durante el acto sexual es muy probable que quede un amargo sabor, sin ganas de volver a repetirlo.
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Otro detalle implica descubrir las zonas erógenas propias y las de la pareja. Y en esto es como cualquier actividad que se quiera aprender, hay que intentarlo una y otra vez.
Cuando se tiene bajo control los temores que pueden aparecer en cuanto a la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual es más fácil. Pero si es una pareja que está empezando su vida sexual irá paso a paso, y con todos los recaudos.
Otro condimento no deseado que suele aparecer es la culpa y la negación como ocurre a las mujeres debido a la educación que han recibido. Y entonces les cuesta más demostrar placer, exigirlo y gozarlo.
La autoestima es necesaria para valorarse en todos los aspectos y si esa persona no se considera lo suficientemente atractiva puede pensar que no es deseable. Informarse ayuda a entender que expresar el amor significa evitar toda relación basada en la explotación y la manipulación.