Alergia medicamentosa

La alergia medicamentosa es una reacción que se genera cuando la persona consume un fármaco que no actúa con los efectos esperados. Existen ciertas señales que delatan esta afección. Los profesionales aconsejan no automedicarse.

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Cuando utilizamos un medicamento, debemos ser conscientes que introducimos una sustancia extraña al organismo, buscando un efecto beneficioso. 

El doctor Manuel Ratti, alergólogo, señala que lastimosamente existe la posibilidad de que esta sustancia produzca un efecto indeseado, incluso dañino en el cuerpo. Al referirnos a reacciones alérgicas, hablamos de reacciones del organismo, mediadas por el sistema inmune (sistema de defensa), contra el medicamento.

“Las condiciones para que se produzcan las reacciones alérgicas son: una persona con predisposición a la alergia, un fármaco con tamaño molecular grande y adecuado para ser reconocido por el sistema inmune, y una exposición, en general, repetida y desordenada de dicha molécula a la persona”, informa el profesional.

De lo anterior se puede deducir que “cuanto más ingiera una persona un medicamento y esta ingestión sea desordenada, más posibilidades hay de que tenga alergia al mismo”.

El doctor Ratti dice que a menudo nos encontramos con pacientes que dicen: “Como me va a generar alergia, si siempre tomo”, y justamente el consumo en demasía y desordenadamente, es la principal causa para generar alergia, por supuesto, en una persona predispuesta.

“En nuestra experiencia, los medicamentos que generan más reacciones son los analgésicos comunes (remedios para dolor y fiebre), debido a su gran frecuencia de uso, y su uso irregular, ya que en general son consumidos por automedicación”, añade.

“Los antibióticos, incluso la penicilina, presentan reacciones con menor frecuencia, ya que por lo general se usan por prescripción médica”, apunta.

Igualmente, dice el experto, los anestésicos, cada vez dan menos reacciones, pues contamos con medicamentos mejorados, y con técnicas de control de la anestesia, más sofisticadas. 

“Cabe además una mención especial a los contrastes de uso radiológico. Estas son sustancias muy agresivas para el organismo, y causan reacciones con frecuencia, motivo por el cual se indica una evaluación previa antes de recibirlos”, enfatiza.

El alergólogo subraya que la consulta con el especialista es la indicación principal. Con la historia clínica se podrá observar la predisposición del paciente, el medicamento sospechado y la gravedad del cuadro. Existen exámenes laboratoriales que permiten ver el perfil de alergia del paciente, el grado de riesgo del mismo, e inclusive ya disponemos de análisis para determinar anticuerpos contra ciertos medicamentos. 

Apunta que “la corroboración de la alergia se podrá realizar también con pruebas cutáneas o con pruebas de provocación con el medicamento. Estas últimas tienen un cierto riesgo, por lo que deben ser realizadas en ambiente hospitalario y solo por especialistas entrenados en el tema”.

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