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-Arranquemos con el desayuno: si estás hospedado en un hotel, tenés comida en abundancia. No exageres, con una porción de fruta, una o dos de lácteos (leche, yogur, queso), o bien, una porción de lácteo y un huevo, una porción de panificado (blanco o integral) y hasta podés escoger algo dulce. Con eso tenés un desayuno completo, nutritivo y no cargás tu conciencia.
-Media mañana: podrías comer una fruta fresca, las ácidas ayudan a no querer ir por más dulces, una manzana verde sería ideal. Podés agregar un puñito de almendras o nueces (unas 10 aproximadamente). Otra opción para media mañana es el yogur con colchón de frutas o cereales.
-Si hacés playa, no olvides la hidratación permanente. Agua pura es fundamental. ¡En los almuerzos no olvides agregar vegetales crudos o cocidos! Otorga sensación de saciedad, aparte de aportar vitaminas, minerales, fibras y agua.
-En los aliños o aderezos cuidar la cantidad de aceite, aunque sea de oliva, que agregues a tus ensaladas. Recordá que con una cuchara de 10 cc de aceite tenés aproximadamente 90 kcal.
-No olvides la merienda. Esto te ayudará a no llegar con hambre a la hora de la cena. Recordá que una vez que llegue el hambre, es prácticamente imposible escoger una cena pensada y tampoco te permite medir porciones.
-Moderar el consumo de postres y dulces.