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El cambiante clima trae consigo numerosas afecciones características de esta estación, por lo que la piel y los ojos son los más afectados. La conjuntivitis y el herpes bucal se diseminan rápido y más vale tomar las precauciones necesarias.
La doctora Mirian Cano, oftalmóloga, apunta que la conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, una fina membrana que cubre la parte interior de los párpados y la parte blanca del globo ocular. Su frecuencia en esta época del año se relaciona con la mayor exposición a actividades al aire libre, en contacto con el sol, mar y pileta, donde el contagio ocurre cuando existe un deficiente tratamiento del agua.
“En medicina siempre es más importante prevenir. Por tanto, se recomienda el uso de anteojos de sol con filtros adecuados, anteojos protectores en las piletas y protectores especiales al manipular sustancias que puedan resultar tóxicas”, dice.
“La conjuntivitis puede ser infecciosa, causada por bacterias o virus, así como alérgicas (medio ambiente) o tóxicas debidas a diversos productos del agua (cloro). ¿Cuáles son las señales? Se caracteriza por el ojo colorado, lagrimeo y picazón, sobre todo en caso de alergias, sensación de cuerpo extraño, secreción mucosa o purulenta en las infecciones bacterianas, a veces hemorragias por debajo de la conjuntiva en los cuadros virales. En ocasiones, incluso se presenta con importante hinchazón de los párpados”.
Otras de las afecciones más comunes en esta época es el herpes bucal, una llaga dolorosa que dura aproximadamente una semana o, en ocasiones, más. Al respecto, el doctor José Gómez Cantore, clínico, subraya que el herpes bucal se puede contagiar a través de un beso, por contacto indirecto a través de gotas de saliva, de labios a través del uso del mismo vaso o con cubiertos que hayan sido utilizados por la persona afectada.
“El herpes bucal estará latente en el organismo y se presentará cada vez que enfrente las situaciones mencionadas anteriormente, por lo que la prevención es importante. Se recomienda evitar el contacto directo con las lesiones de los enfermos en el período de mayor transmisión”, agrega.
El clínico explica que es fundamental “lavarse las manos luego de tocarse los labios, llevar a cabo un estilo de vida saludable a través de una dieta variada, ejercicios de forma regular y un reparador sueño. Además, evitar los factores desencadenantes (estrés, privación de sueño, etc.) que hayan producido herpes con anterioridad”.
En tanto, la doctora Cano afirma con respecto a la conjuntivitis que antes de tratarlas es importante identificar la causa probable y evitar la automedicación, pues cuando se complican con lesiones de la córnea, pueden terminar con daño ocular severo.
Añade que “es por esto que, aunque piense que se trata de una afección poco grave, antes de usar una gota, especialmente con esteroides, como existen muchas en el mercado, se debe estar seguro de que la córnea se encuentra intacta, pues el esteroide retarda la curación y puede llevar, por ejemplo, a una úlcera”.
Mantener la higiene
Prevenir o reducir el riesgo de contraer o contagiar la conjuntivitis se logra por medio de la higiene constante. En tanto, para contrarrestar el herpes se recomienda un estilo de vida saludable para evitar el estrés.
La doctora Cano menciona que “en las conjuntivitis infecciosas, sean estas virales o bacterianas, es indispensable cuidar la higiene para evitar contagiar a otros miembros de la familia.
“Se debe lavar las manos antes y después de colocarse la medicación. Secar los ojos con material desechable, como pañuelo de papel suave. Recuerde que todo lo que toca el ojo debe ser desechado”, aconseja.
En tanto, el doctor Gómez Cantore enfatiza que cuando aparecen las lesiones se recomienda no manipularlas, ni reventarlas. En ocasiones será suficiente el tratamiento tópico con crema de aciclovir; sin embargo, cuando el herpes es frecuente, se podrá realizar el tratamiento oral con antivirales.
Otro factor preponderante es la falta de sueño, que muchas veces actúa como factor desencadenante de esta afección. “En la mayoría de los casos, la reactivación se genera en el labio, pero hay personas en las que se produce en la mejilla, el cuero cabelludo e incluso el ojo; de ahí la necesidad de un diagnóstico rápido”, informa el doctor.
La doctora Cano dice que “hay que tener cuidado con las compresas que muchas veces se utilizan, pues al usar siempre la misma se recontagia cada vez que se la pone nuevamente sobre el ojo”.