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El doctor Édgar Aguilera, geriatra, opina que “los abusos más comunes que se cometen hacia el adulto mayor son de varios tipos: el abuso o maltrato económico, financiero, donde la persona no es atendida como corresponde por sus descendientes (hijos, nietos, etc.). En caso de que tenga una pensión o jubilación, estos descendientes son los que se apropian de ese fondo y priorizan sus gastos personales, dejándolo en último plano”.
Otro abuso o maltrato psicológico físico es “donde el adulto mayor resulta agredido, ya sea verbalmente o hasta con castigo físico, por su entorno, cuidadores, familiares u otras personas”.
Y además existe “el abuso o maltrato social, donde la persona mayor es discriminada por su edad, ya no consigue un trabajo, es aislada y cae en abandono y soledad, que luego trae depresión, acelerándose el final de la vida”.
Cuando incluso en la casa donde vive “no es cuidado adecuadamente, nos damos cuenta de eso al ver que viste ropa sucia y no tiene buen aseo personal. En su habitación y por la misma persona hay un fuerte olor a orina, materia fecal, como señal de que hace sus necesidades fisiológicas encima y nadie vino a cambiarle de ropa ni higienizar la habitación”.
Daniel Espinoza Díaz, licenciado en psicología y parte del Equipo Técnico de la Dirección de Adultos Mayores del Instituto de Bienestar Social, dice que “es obligación de los miembros de la familia asistir y proteger a las personas de la tercera edad, que sean parientes, como está establecido en el Libro I, Título II, Capítulo XII, del Código Civil”.
Los cuidadores alegan que los adultos mayores muchas veces tienen conductas caprichosas y se niegan a comer, asearse, levantarse de la cama, pero el doctor Aguilera refiere que “generalmente tienen muchas mañas, como llamamos comúnmente, mas debemos tratarlos con mucha delicadeza y suavidad, así como nos gustaría que nos traten a nosotros cuando alcancemos esa edad. No ser imperativos. Explicarles que para mantenerse activos y saludables deben ingerir sus alimentos, líquidos, tomar los medicamentos e higienizarse”.
Sugiere el galeno “mantenerlo ocupado con todo tipo de actividad, hora de ver películas, escuchar música, enseñarles a jugar los juegos clásicos, dama, ludo y los juegos electrónicos que mantienen la mente ocupada”.
También “puede tener mascotas, que le ayuda a sentirse útil. Además es importante realizar chequeos médicos periódicos con el médico geriatra”.
Pero a veces los hijos no están preparados para devolver con gratitud todo lo que hicieron por ellos sus padres.
El licenciado Espinoza Díaz recuerda que como una madre puede hacer la denuncia por prestación alimentaria a un hombre que no reconoce a su hijo, así también el adulto mayor tiene derecho a recibir asistencia y protección de sus hijos debido a que existe la Ley 1885/02, que garantiza el cumplimiento para con sus padres de edad avanzada.