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La Lic. Carolina Tovar Amadeo, nutricionista (*), comenta los secretos que envuelven a esta nuez.
–¿Por qué el éxito del adelgazamiento con la nuez de la India?
–No se puede hablar de éxito de la nuez de la India, pues no se considera un método efectivo para el descenso de peso. La población sigue ilusionándose con una forma de adelgazar mágica y sin esfuerzos, apegándose a productos “naturales” como inocuos para la salud, y esto no siempre es así.
–¿Cuáles son las verdades sobre esta semilla?
–Existe muy poca información aún sobre todos los efectos de esta nuez y la que existe no está respaldada por estudios científicos. El efecto endiosado actualmente es debido a su potente efecto laxante que “pareciera” ayudar al descenso de peso.
–¿En qué forma se consume para lograr bajar de peso?
–Se consume 1/8 o ¼ de la nuez, una o dos veces al día, se coloca en un vaso con agua caliente y se bebe como un té. Son productos que se consiguen a bajo precio en lugares de ventas de medicamentos naturales y a precios elevadísimos en la comercialización de supuestos proveedores.
Los envases o sobres plásticos no contienen la valoración nutricional (la composición del producto), ni las formas de uso. Mucho menos contraindicaciones ni aval del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
–¿Puede causar grandes problemas de salud, incluso la muerte?
–Su principal efecto es producir una incontinencia importante, dependiendo de la cantidad ingerida y del organismo de la persona que lo consume. El efecto laxante es potente, desagradable, incontenible, probablemente lleve a una diarrea con esteatorrea (con grasa). Aparte del efecto molesto se le suma la eliminación de líquidos y electrolitos (principalmente de potasio), que ponen en riesgo la salud de la persona y podría llevar a la deshidratación, desórdenes electrolíticos y a situaciones peores.
–¿Qué cuidados hay que tener con los productos milagrosos y el uso indiscriminado?
–No se recomienda ingerir productos sin etiquetas, sin ser aprobados por los organismos correspondientes encargados de velar por la salud de la población, aquellos que apuntan a citar miles de beneficios, sin que ninguno haya sido comprobado científicamente.
(*) Máster en Nutrición Clínica, Universidad Autónoma de Madrid, España.