Que andes siempre pensando en lo que te falta realizar o lamentándote por lo que no lograste te convierte no solo en alguien estresado, sino, además, estresante. Tus familiares y amigos también sufren, porque ellos deben aguantar lo histérico que sos cuando estás bajo mucha presión y, casi siempre, rematás tu nerviosismo por ellos.
Es normal llenarse de miles de actividades, pero estudiar y trabajar al mismo tiempo, a veces, resulta demasiado agobiante. La gente se pasa el 90% del día fuera de casa y cuando regresa, en vez de relajarse con la familia, se encierra a continuar con las tareas de la facultad o aquello que no pudo terminar en la oficina.
El estrés es algo que le afecta a todo el mundo, pero ¿cómo combatirlo? Obviamente, no podés abandonar tus obligaciones, así que lo único que te queda por hacer es aprender a manejarlo. Hay muchas terapias recomendadas por especialistas; sin embargo, sabemos que no estamos tan acostumbrados a practicarlas y, además, en la apretada agenda no cabe ni una actividad extra.
Existen opciones más sencillas que te ayudarán a dejar de lado tanta tensión. Si bien entresemana parece imposible relajarse, debés aprovechar los pequeños ratos libres para respirar antes de continuar. Colocate los auriculares, escogé una buena lista de canciones y salí a caminar. Olvidate de todos tus problemas, solo disfrutá las melodías y despejá tu mente. También son buenas alternativas darte un break de 10 min y leer el libro que te gusta o tomar tereré con los amigos.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
La lista de tareas de cosas que debés hacer puede volverte loco. Dejá de lado las carpetas, los libros, la compu y olvidate de todo, por lo menos, una hora al día. Gozá los pequeños detalles y aprovechá cada instante que tenés.Escuchá música, cantá, bailá, saltá y gritá. No te tomes la vida tan en serio; a fin de cuentas, solo se vive una vez.
Por Ana Jazmín Lezcano (19 años)
