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Elena cuenta que posee familiares de igual profesión y considera que fue uno de los motivos para que decidiera seguir la carrera policial. “Tengo a mis tíos y hermanos con la misma vocación. Siempre observé y admiré la manera en la que trabajan, y creo que por eso tomé esta actividad. Además, desde pequeña quise ayudar a la ciudadanía”, agrega.
Acude diariamente a su laburo desde Capiatá y comenta que no hay otra suboficial en el lugar: “Hasta ahora, en la comisaría 3.ª soy la única mujer y en ningún momento eso me ocasionó situaciones negativas”. Su ocupación consiste, principalmente, en tomar las denuncias de las personas que se acercan hasta la comisaría. “Particularmente, no salgo a hacer cobertura en la calle, estoy más de guardia en la oficina, no participo aún de persecuciones a presuntos delincuentes”, añade.
“Para ser policía, la vocación es muy importante, te tiene que gustar ayudar a los demás y estar al servicio de la ciudadanía en todo momento, las 24 horas”, dice. Con respecto de la visión negativa que tiene la sociedad actualmente sobre los policías menciona: “Como en todas las cuestiones de la vida, hay cosas buenas y malas, depende de la aptitud que uno tenga, y es cierto que algunos se encargaron de ensuciar la reputación de la institución, pero no todos somos así”.
Elena comenta que le gustaría llegar al cargo más alto en la profesión policial y por eso, actualmente, se encuentra estudiando una carrera universitaria. “Estoy cursando el primer año de Ingeniería Informática en la UPAP. En el futuro quiero complementar ambas profesiones, tener mayores conocimientos y especializarme; esa es mi meta como persona”, concluye.
Por Ricardo González (19 años)