Una educación con alegría para los niños con leucemia

Los niños que sufren de leucemia no pueden asistir a la escuela a causa del tratamiento constante que necesitan para su recuperación; por eso, José Luis Ortiz (17) tuvo la idea de crear un proyecto denominado “Paracaídas”. Así, él y varios voluntarios preparan clases de refuerzo y, a la vez, llevan alegría a los chicos del albergue Fausta Massolo de la Fundación Asoleu.

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Los niños aprenden a leer, colorear y hasta a multiplicar en compañía de voluntarios del proyecto. Esta iniciativa nació del programa Jóvenes Embajadores, en el que José pudo presentar una problemática social y crear un proyecto que intente cambiar la realidad del sector vulnerable. “Visitamos a estos niños dos veces a la semana para enseñarles de acuerdo a su nivel académico”, relata.

Los chicos del albergue reciben techo, comida y atención médica, pero solamente acuden al aula hospitalaria cada vez que van a su control. Comenta que "Paracaídas" desea que los chicos practiquen algo nuevo, en un tiempo de entretenimiento. “Divirtiéndote aprendés fácilmente y eso es lo que queremos que ellos logren”, añade.

A pesar de que los niños no pueden hacer muchas cosas, ellos se divierten al máximo. Muchos quieren jugar fútbol, sin embargo, su tratamiento médico no les permite y tampoco deben estar mucho tiempo expuestos al sol. Relata, además, que algunos provienen de lugares lejanos y por eso permanecen bastante tiempo en el albergue.

Por otro lado, José señala que hay materiales esenciales que los voluntarios deben tener en la mochila, como libros, hojas y marcadores, ya que los chicos aman colorear, leer, dibujar, etc. El programa trabaja en conjunto con una psicooncóloga para conocer a los niños y así lograr interactuar con ellos.

“Queremos expandir el proyecto y trabajar con otros hogares”, expresa. En total, son 15 voluntarios quienes hacen que las actividades sean un éxito. Estos jóvenes reciben capacitación para poder tratar con los pequeños con leucemia, pues, se debe saber por qué usan tapabocas, qué les está permitido comer, etc.

“Trabajando con los niños nos damos cuenta de que tienen muchas ganas de vivir”, añade. Mientras los voluntarios dan clases, los pequeños dan una lección de vida: enseñan a valorar cada día como lo más importante que tienen. José invita a los jóvenes para que se sumen a esta iniciativa y se comuniquen con "Paracaídas" a través de las redes sociales.

Por José Peralta (18 años)

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