Un periodista que no pregunta, vive las experiencias y las relata

Recorrer la ciudad haciendo preguntas a la gente con el fin de redactar una noticia no es algo que le guste mucho al periodista argentino Emilio Fernández Cicco, quien creó, según él, un nuevo género para esta profesión: el periodismo border. Para escribir sus crónicas, él no pone solamente su alma, sino también su cuerpo, ya que Cicco vive todas sus historias en carne propia, siendo el protagonista indiscutible de todas sus narraciones.

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Cicco ganó mucha popularidad por haber creado el periodismo border, que se basa en la experiencia en carne propia del comunicador. “Si puedo vivirlo, ¿para qué quiero que me lo cuenten?”, es una de sus premisas. Se convirtió en una estrella porno, participó en autopsias forenses, en confesiones policiales de ancianas secuestradoras y muchas cosas más. Al final, recopiló todas sus historias en su libro Yo fui un porno star y otras crónicas de lujuria y demencia.

Hace más de seis años, Cicco decidió volverse musulmán y también, aprendió árabe con el fin de leer el Corán en su idioma original. Trabajó como sepulturero en uno de los cementerios más grandes de Argentina y, actualmente, vive en una casa tan pequeña que solo tiene espacio para su comida, ya que se inició en la orden del sufi, una derivación del islamismo que consiste en no poseer nada ni dejarse poseer por nada.

Cicco, quien se enorgullece de tener un ego tan grande como el de Narciso y de crear un nuevo género periodístico que supera a todos los demás, es el protagonista de todas sus crónicas, lo cual es la característica principal de su innovador estilo. Vivir los sucesos dejando de lado las fuentes y hacerse del idiota para obtener más información son dos de los siete elementos básicos que hay que cumplir si querés ser como Cicco.

En una entrevista a un medio colombiano, el escritor instó a todos los jóvenes comunicadores a experimentar lo máximo posible, usando la fachada del periodista como excusa y buscar un camino espiritual que salve sus corazones. Asimismo, para finalizar, expresó: “Esta profesión te muestra muchas puertas. Pero luego tienes que abrir una que te salve de este infierno al que llamamos mundo, que insisten en que está buenísimo”.

Por Gonzalo Recalde (19 años)

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