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Por Graciela Galeano (18 años)
¿Cuántos seguidores tenés? Puede estar relacionado con lo interesantes que resulten tus tweets o la cantidad de gente que conozcas y, aunque para algunas personas estas frases están en otro idioma, para otras es parte de su lenguaje cotidiano.
Lo bueno de esta herramienta cibernética es que las informaciones son más cortas y fáciles de leer, llegan de manera instantánea, inclusive antes que a la radio o TV. Se ha vuelto un potente medio por el cual se puede movilizar a mucha gente para manifestar desacuerdos. Por esta razón, la opinión popular tiene mayor peso y es tomada en cuenta por personas influyentes en cargos públicos y privados, principalmente en las cuentas de periodistas o faranduleros.
Si estás inmerso en el ‘mundo del Twitter’, probablemente mientras te levantás, vas a la facu, trabajás o “estudiás”, estés conectado. El problema es que más de uno tiene esta aplicación a su alcance y publica lo que siente en momentos de nerviosismo o angustia, sin antes pensarlo. Por esa razón es causante de discusiones o malentendidos entre conocidos, desconocidos y familiares.
Todo elemento que puede ser factor decisivo en el cambio se debe manejar con cuidado y, a pesar de que sea reducida la cantidad de palabras para comentar, debido a su utilización masiva, puede trascender. Para evitar inconvenientes, es necesario tomar medidas de prevención, como analizar lo que se va a escribir, hasta quiénes pueden llegar los comentarios y evitar depender únicamente de este medio virtual ocupando la mayor parte del tiempo en él.
Si te considerás un “twitero”, es conveniente que pruebes cuántas horas serías capaz de estar sin conectarte. Si no podés un día, como mínimo, es necesario que reconozcas que sos adicto al Twitter. No está mal que lo utilices, pero no es bueno que toda tu vida gire en torno a él, porque si bien te comunica con personas que están lejos, puede alejarte de las que tenés cerca y causar conflictos.