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Las Ciencias Sociales están enfocadas en el comportamiento del hombre, lo cual no es nada simple, ya que, para empezar, ninguna persona es igual a otra. ¿Se imaginan lo difícil que es desarrollar teorías con sujetos tan complejos como nosotros? Además, es una decisión valiente dedicarse a los estudios humanísticos, precisamente porque son inexactos.
No se trata de demeritar otras carreras de ciencias duras, también tienen su grado de dificultad, y muy alto; no obstante, eso no hace que sean superiores a otras. Un químico no es más que un historiador, y viceversa.
Todos los estudios son singulares, hay que respetarlos sin excepción. Decir que algunos son “pan comido” puede ser cierto si es que se los mira desde los ojos de la mediocridad. Ser uno más es sencillo; destacarse, complicado.
Por ejemplicar simplemente, e un estudiante de Periodismo debe saber no solo “hablar bien”, sino conocer de cultura general; necesariamente, tener principios éticos firmes, más que muchos; sentir la presión de que de él depende la dignidad de una persona, institución o hasta el futuro del país. En realidad, todo profesional debería poseer esas características, solo que en este campo estas son, prácticamente, el oxígeno mismo. Pues ¿quién podría negar que una publicación de un medio de prensa contiene el poder de desprestigiar a alguien?
Es importante entender que como universitario lo último que se debería hacer es juzgar a otros estudiantes solo porque siguen una carrera diferente a la propia. La competencia es sana, pero las rivalidades, absurdas.
“Si la civilización ha de sobrevivir, debemos cultivar la ciencia de las relaciones humanas, la capacidad de todos los pueblos, de todas las clases, a vivir juntos en el mismo lugar”, Franklin Roosevelt. Por lo tanto, antes de decir a tu amigo que “su carrera es una macanada”, pensalo dos veces, para no pecar de ignorante y prejuicioso.
Por Ayelén Díaz Chaparro (19 años)