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No leas durante todo el trayecto. Hacé pausas largas de vez en cuando para descansar la vista, que realiza un gran sacrificio por los movimientos y brutales frenazos del chofer. Por más que estés muy enganchado con la lectura, los paréntesis relajarán tus ojos; además, podés darte un respiro y así no te fatigás muy rápido.
Adoptá una postura correcta. Al sentarte, no lo hagas como para dormir y acordate de mantener siempre la espalda recta.
Improvisá una mesa. Lo que se busca es que el libro no se mueva demasiado; para ello, poné tu mochila debajo y sujetá bien el material. Esto también ayuda a no forzar demasiado la vista.
Buena iluminación. Parece misión imposible, pero tratá de buscar un asiento cuya posición te favorezca. Lo ideal sería que la luz se encuentre encima de vos para evitar sombras. Entonces, al momento de elegir el lugar, llevá en cuenta esta indicación.