Feliz de los jóvenes que una vez terminados sus estudios secundarios ya saben qué seguir en la universidad y tienen con qué pagarla; o bien, ya consiguieron un puesto de trabajo, con un sueldo que no sea una burla y que les permita vivir dignamente.
¿Sabías que en España existe una oficina del gobierno que se encarga de buscar al joven su primer empleo? Pedir eso en nuestro país sería como solicitar un milagro a domicilio pero, con el simple hecho de que haya suficientes fuentes de trabajo, prácticamente, el problema estaría solucionado.
También es muy importante recordar que, si se puede, se debe trabajar en lo que es del agrado de uno. Esto hay que tomar muy en cuenta y, si es posible, hay que estar satisfecho con el trabajo que se ejerce.
No hay que dejarse influenciar por lo que los demás recomiendan. Es el joven el que lidiará con la decisión, él debe decidir qué hacer con su vida.
Ultimamente, la falta de trabajo y posibilidades de acceder a las universidades son muy pocas, por ende, muchos se conforman con cualquier propuesta que se les presenta.